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Por fallas en cavas del Bicentenario usuarios compran “a paso de morrocoy”

 

* Pernoctan en el establecimiento para comprar dos pollos por persona

Luisana Brito – Debido a que las cavas de enfriamiento del abasto Bicentenario, desde hace más de ocho meses presentan fallas, los usuarios se han visto en la necesidad de hacer sus compras a “paso de morrocoy”; lo cual consiste en permanecer dentro del establecimiento, el mayor tiempo que les sea permitido, esperando a que lleguen los alimentos, mientras que el resto de las personas se quedan en la cola aguantando el inclemente sol.

De tres cavas existentes, dos están dañadas, por lo que en un día venden la totalidad del pollo o la carne que ingresa al comercio. La cantidad de pollo permitida en el Bicentenario es de tres toneladas diarias, máximo cinco, para evitar la estancia del alimento perecedero y que se descomponga, por falta de refrigeración.

En el establecimiento también está descalibrado un peso desde hace cuatro meses, lo que genera que todo se pese en caja y los consumidores conozcan el precio al momento de cancelar. Hasta la fecha, se encuentran esperando por el servicio técnico para resolver la problemática, pues según la información suministrada por los trabajadores, el apoyo tiene que venir de presidencia.

Usuarios manifiestan que esta modalidad de compra, que aplican algunas personas, es una arbitrariedad permitida por el personal que labora dentro del abasto y por los funcionarios de la Guardia Nacional, ya que aseguran que lo correcto, es que compren lo que haya en el momento, para luego hacer la cola nuevamente, siempre y cuando, sea el día que corresponda al terminal de cédula del usuario.

“Ellos tienen que comprar lo que haya en el momento, y luego volver a hacer su cola. Porque si comienzan con esa actitud desde que abren las puertas a las 8:00 am, y son las 11:00 am, y no llega el pollo, son horas perdidas que se pueden invertir en cosas productivas. Además, hay personas de la tercera edad haciendo cola desde temprano, para que los hagan esperar aun más. No se justifica que todavía no hayan reparado las neveras, si eso es esencial”, exclama Yerlín Cacharuco, usuaria de la red popular.

Denuncian desvío de productos

Por su parte, Melquiades Colina, refiere el desvío de productos, explicando que en varias oportunidades llegan gandolas repletas de productos de higiene personal y en cuestión de dos horas se terminan, por lo que muchos consumidores se preguntan a dónde van a parar, si no se los venden al pueblo.

“Qué está pasando con las cosas que se acaban en cuestión de minutos. Ellos no nos dejan entrar a los depósitos, para corroborar la información. Lo que hacen es salir y pegarnos cuatro gritos, y nosotros tenemos que quedarnos callados, porque sino los Guardias no nos dejan entrar, e incluso nos agreden y empujan”. LB/ mp

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