*“Los aumentos no llegan ni a un tercio de lo que se requiere, con una inflación que amenaza con superar el 1.000%”, explica Gustavo Núñez, presidente de Fetravargas
Beatriz Rodríguez
“Los incrementos salariales se diluyen en las manos de los trabajadores, quienes este año han visto mermada su capacidad adquisitiva en un 40%, por una inflación anualizada que, según los expertos, podría cerrar en 1.000%”, refiere Gustavo Núñez.
Indica que hay una gran diferencia entre el salario nominal, que es lo que se devenga, y el real, que es lo que el trabajador puede adquirir con ese salario, “en realidad, es muy poco lo que se puede comprar, cuando la canasta básica está cerca de los 4 millones de bolívares y el salario integral, con el aumento de noviembre, quedó en Bs. 456.507”.
Resalta que el presidente Nicolás Maduro ha destruido el poder adquisitivo y los puestos de trabajo en la empresa privada, cuya estructura de costos se ha visto afectada por la recesión económica.
“Tal es el caso de las aduaneras, que han tenido que cerrar sus puertas dejando cesantes a más de mil trabajadores, esto agrava la situación laboral que se vive en el estado, donde el desempleo sobrepasa el 50%”.
Jubilan a los sindicalistas
Por otra parte, Luis Aranguren indica que los sindicalistas son perseguidos y en muchas compañías los están obligando a jubilarse, con el cuento de la llamada cajita feliz, “los derechos no se negocian, y quienes luchamos por el bienestar de los trabajadores, debemos mantenernos firmes”.
Hace referencia a las contrataciones colectivas que regulan el mínimo de condiciones que se les deben ofrecer al trabajador, y resalta que el sector educativo es uno de los más afectados, porque sus representantes tienen años esperando a que el patrono se siente con ellos a discutir las diferentes cláusulas./va