Luisana Brito.- A propósito del secuestro del conductor José Ángel Orta, de la línea Provolvar, conductores de las diferentes asociaciones piden que se inspeccionen las unidades en los diferente puntos de control desplegados en la avenida La Armada y Soublette, para evitar atracos y otros hechos de violencia.
Comentan que aunque hay un gran número de funcionarios en las calles, ellos solo son previsivos con los motorizados sin parar a los autobuses que, muchas veces, conducen bajo presión ejercida por delincuentes a punto de pistolas.
Elías Mena, chofer de la General Soublette, detalla que en algunos casos roban solo a los pasajeros y estos asumen que existe una complicidad entre el operador y los hampones.
“Los usuarios generalizan que somos los choferes quienes propiciamos los robos y eso no es así. Hay mucha delincuencia y nosotros, como prestadores de servicio, necesitamos que revisen los autobuses, no importa que nos paren a cada rato”.
Lanzan piedras a las ventanas
Uno de los modus operandi que aplican estos pillos es lanzarle piedras a las ventanas o retrovisores para hacer que la unidad se detenga, sin embargo los conductores aceleran para no poner el riesgo la vida de los pasajeros.
“Cuando iba por Sotavento, en Urimare, me lanzaron una piedra y se la pegaron al vidrio de la parte de atrás. Eso lo hacen para que uno se pare, pero hay que ser más pila y darle chola porque nos pueden matar”, señala Mena.
Transportistas aseguran que la mayoría de los robos ocurren en las paradas de los sectores Santa Eduvigis y Barrio Aeropuerto, en Urimare.
“Roban y se bajan como si nada. Para ellos es fácil esconderse en estos lugares por la cantidad de vecinos que están en las calles. Se les pierden de vista a los policías”.
Se guardan temprano por inseguridad
Al no sentirse seguros mientras trabajan, los conductores optan por salir a la guardia un poco más tarde y guardarse antes de las seis de la tarde, sobre todo los viernes y domingos.
“Después de las seis de la tarde no se ve ni un policía hacia Tanaguarena. Los pasajeros se quejan de que incumplimos la ruta, pero no podemos exponer nuestra integridad ni la de ellos”, expone Jhonn Márquez, de la José María Vargas.
Hablan los usuarios
“Ya no sé ni cómo irme de mi trabajo después de las 6:00 pm porque no pasan autobuses y los taxis no me quieren llevar”, indica Flor Rodríguez.
Mientras que Leandro Sandoval manifiesta que hace dos semana fue víctima del hampa y le quitaron su teléfono celular. “Se montaron tres jóvenes en el autobús y en lo que saqué mi teléfono para enviar un mensaje me lo arrebataron de las manos, sin mediar palabras”.LB/yg