Génesis Peña
Hoy se conmemora en el mundo el Día de la Concienciación sobre el Autismo, un espectro y una condición diversa.
En Venezuela, la lucha por los derechos y mayores oportunidades para personas con esta condición tiene muchos años en la palestra, y precisamente el martes de esta semana fue aprobada, finalmente, una ley que amparará a estos ciudadanos.
Es de hacer notar que en el país no hay cifras oficiales actualizadas sobre la cantidad de pacientes con Trastorno del Espectro Autista (TEA).
Con esta nueva Ley de Atención Integral a las Personas con Trastornos del Espectro Autista se busca garantizar derechos como salud, educación, alimentación, trabajo, recreación en todos los niveles del sistema, además de promover su diagnóstico temprano y oportuno.
Karlis Colina, madre de un niño de 8 años diagnosticado con autismo moderado, contó para el Diario La Verdad de Vargas que espera con esta nueva legislación tener mejores oportunidades para su hijo.
Uno de los mayores asuntos con los que tiene que lidiar Karlis es con la educación, pues resalta que siempre ha sido complicado conseguir un lugar adecuado para su condición en La Guaira.
«Cuando fui a inscribirlo en una escuela regular para el primer grado, expliqué su condición y siempre me ponían un stop, asegurando que debía pasar por una evaluación psicológica y que lo tenía que meter en un colegio especial, pero aquí en La Guaira no es que abundan estas escuelas. Hasta donde tengo entendido sólo hay 2» .
Al llevar al niño al psicólogo lo refirieron a un colegio especial, pero al momento de llevarlo a uno que eligió «no tenía ni siquiera luz, y como es subsidiado tampoco tenían para dar alimentación y estaban pocas maestras».
Además de esto, Karlis presenció otros momentos que la dejaron «traumatizada», por lo que decidió ella misma llevar las riendas de la educación de su pequeño, en complemento con terapias que comenzó a pagar, debido a las pocas opciones públicas con las que cuenta.
Otro de los factores que le dificultó continuar llevando al niño a este colegio fue la situación económica, ya que ella reside en Maiquetía y la institución se ubica al este, por lo que «tenía que pagar 4 pasajes y no era para nada rentable».
Debido a toda esta situación, Karlis de manera autodidacta comenzó a instruirse en el área, además de llevarlo a las terapias. Afortunadamente, cuenta con el apoyo de familiares para que su hijo no pierda ninguna sesión.
Desde enero su hijo no asiste la escuela y una de las terapias alternativas que ha tomado es «llevarlo los sábado a terapias con caballos debido a su fijación con estos animales y la está pasando muy bien y ha avanzado mucho».
En cuanto a la alimentación, el niño ha tenido interrupciones para llevar un menú de acuerdo a su condición, debido a la misma situación económica. Por ahora, su madre realiza un esfuerzo para elaborarle una dieta
Ante ello, hace un llamado a las autoridades educativas estadales a impulsar opciones educativas para niños y jóvenes con TEA, que le permitan desarrollarse y avanzar de la mano de un personal competente y en lugares adecuados para ello./jd