- Familiares gastan más de dos millones de bolívares en insumos y estudios
Doriana León.-
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Calmantes, antibióticos, suturas, gasas y hasta guantes deben llevar las parturientas que llegan de emergencia al hospital José María Vargas, en La Guaira, y ameritan la realización de una cesárea.
José Tovar, esposo de una joven que tuvo a su primogénito la mañana de este martes, señaló que luego de un día de hospitalización ha gastado más de dos millones de bolívares.
“Tuve que comprar un antibiótico en ampollas que me costó Bs. 300 mil y cada ampolla de Ketoprofeno me costó BS. 120 mil y compre seis. A eso le sumo que tuve que comprar las suturas que me costaron Bs. 300 mil, más las gasas, el alcohol y el povidine. También he gastado en mis comidas y en jugos para ella. En solo un día de hospitalización he gastado más de un millón 700 mil bolívares, sin contar los pañales de la niña y los taxis”.
Miriam Valeriano, madre de una adolescente de 17 años que llegó de emergencia a la sala de parto, declaró que tuvieron que conseguir hasta los guantes que usarían los médicos para la atención del alumbramiento.
“Si eres pobre y no tienes dinero como moverte, simplemente no consigues que te atiendan en este hospital. Aquí hay que traer hasta agua y cloro para bajar las pocetas porque los baños están fétidos”.
Cuadros anémicos abundan en la emergencia
Los cuadros anémicos que ameritan transfusiones sanguíneas son cada vez más frecuentes en la sala de emergencia o trauma shock. Yelitza Castro informó que trajo a su prima con un cuadro de anemia el viernes pasado y aunque la transfundieron, este miércoles se descompensó y fue a parar nuevamente al hospital.
“Ella está incumpliendo su dieta y tratamiento, porque aunque es una mujer joven de 38 años, tiene anemia drepanocítica y siempre mantiene la hemoglobina muy por debajo de los valores normales. Con la crisis del país, nadie puede comer sano y evidentemente deteriora su condición de salud”.
Los médicos manifestaron que también están atendiendo con frecuencia hemorragias gastrointestinales, producto de la mala alimentación que mantienen los varguenses./jd