* No tienen cavas para conservar las especies
Luisana Brito.- A pesar del mal tiempo, las corrientes marinas, la escasez de enseres para la pesca y el déficit de lanchas por falta de repuestos, los pescadores del puerto de Arrecife, en Carayaca, salen a diario a la faena, en busca de las especies marinas para la mesa de los varguenses.
Aseguran, que no reciben ayuda por parte de las autoridades regionales, pues alegan que se han mantenido a la espera de créditos para renovar los motores, que oscilan entre los Bs. 2.000.000 y 2.500.000.
César Acosta, pescador, explica que desde hace siete años están esperando la construcción del muelle para anclar las lanchas. La estructura iba a estar colocada en Picure, sin embargo, se quedaron en “promesas vacías”.
“El 16 de julio del 2009, día de nuestra patrona la Virgen del Carmen, el Gobernador nos prometió que iniciarían los trabajos, y luego de siete años aún no tenemos nada. Aquí nos sentimos desprotegidos”.
Señala que se ven en la necesidad de dejar las lanchas a la intemperie, debido a que el lugar donde están ubicadas es muy alto. Esto hace que sus equipos de trabajo se deterioren porque por el fuerte oleaje obliga a que choquen las embarcaciones contra las piedras del malecón.
“Debemos estar siempre alertas de que la corriente no arrastre los peñeros, porque no hay de dónde amarrarlos. Además, nos pueden robar los motores y están muy costosos”.
No hay cavas para refrigerar las especies marinas
La falta de cavas no les permite conservar las especies, por lo que se ven en la penuria de vendérselas a los distribuidores a bajos precios, si no pierden el esfuerzo y la inversión.
“No tenemos un lugar para descansar cuando llegamos de pescar, no tenemos un espacio para dejar los enseres, los motores o algo tan sencillo como nuestra ropa limpia. Cada vez estamos peor”.
Hasta 10 robos de motores en una noche por la inseguridad en alta mar
Oswaldo Frontado, manifiesta que los robos en alta mar son constantes, por lo que exhorta a la Guardia Costera a mantenerse en patrullaje permanente.
“En alta mar lo que abundan son los piratas, que hacen de las suyas. Se roban los equipos. En una noche se pueden llevar hasta 10 motores”.
No hay enseres de pesca
Nailon, red, alambre, carnada y anzuelos, son algunos de los utensilios para la pesca que se suman a la lista de artículos escasos, y cuando aparecen cuestan el doble de su precio real, informa Rolando Rodríguez.
Asegura que el nuevo sistema cambiario también los afecta, porque la mayoría de estas herramientas son importadas.
“Desde hace seis meses no consigo alambre en la ferretería, y el que tengo está oxidado. No recibimos ayuda por parte del Gobernador. Las ferreterías socialistas tampoco tienen insumos”.
Invierten hasta Bs. 30 mil en un día para ir a pescar
Agrega que para ir a pescar en alta mar pueden llegar a invertir hasta Bs. 30 mil, entre la carnada, el aceite, la gasolina, la mano de obra y el refrigerio para los ayudantes.
“Para pescar atunes, hay que comprar carnada vivero y la caja está en ocho mil bolívares y se necesitan como tres cajas; hidratación y comida para los marineros; aceite y gasolina, de cuatro a cinco tanques y cada uno sale en 500 bolívares. Para el palangre se necesita sardina y la caja está en cuatro mil”.
12 lanchas esperan por motores
Debido a la escasez y altos precios de los repuestos, los pescadores se ven en la necesidad de reparar las lanchas por autogestión, asegurando que actualmente tienen 12 peñeros paralizados.
El astillero Estanislao Ferca, destaca que para reparar una lancha se necesitan mínimo Bs. 710.000.
Cinco galones de resina y cada uno cuesta Bs. 25.000; cinco galones de catalizador a Bs. 30.000; el kilo de tela mate a Bs. 7.500; cuatro litros de catalizador a Bs. 7.000 y la mano de obra a partir de los 400.000, dependiendo de las necesidades del peñero.
“Todos los materiales están muy costosos y la mano de obra también. Es un esfuerzo muy grande el que se tiene que hacer para reparar una embarcación”.
Peligro latente
“A pesar de que estamos a menos de 30 metros de la planta de Tacoa, solo contamos con dos postes de alumbrado público. Por aquí no se puede transitar en las noches. Constantemente las torres están echando chispas, explotan y hay apagones. Vivimos asustados porque quedamos a oscuras. Hace dos semanas colocaron pañitos de agua caliente”, asegura Julián Monasterios.LB/jd