Persiste ruleteo de pacientes por falta de camas en el Seguro

 

Desde el domingo, Mari Hernández estuvo tras la búsqueda de asistencia médica para su esposo, paciente diabético que está reteniendo líquidos y tiene el corazón recrecido, por lo que presenta un estado de salud muy delicado.

“Fuimos al Periférico de Pariata y nos mandaron al Seguro Social, ahí nos dijeron que no podían atenderlo porque no tenían camas disponibles, regresamos a Pariata a suplicar que lo atendieran, pero no fue posible”.

Hernández refiere, impotente y con lágrimas en los ojos, que “en ese proceso de ir y venir, la salud de mi esposo empeoró, y como lo vieron que estaba en las últimas, decidieron recibirlo finalmente en el hospital José María Vargas de La Guaira, ahora sí lo están atendiendo”.

Karina González cuestiona que los pacientes deben llegar muriéndose para ser atendidos. “Es lamentable que hayamos llegado a este punto, tener que llegar llorando, gritando y con nuestro familiar muriéndose para que te tomen en cuenta. ¿Cómo es posible que uno de los principales hospitales del estado no tenga insumos ni camas suficientes?”.

Winelsy Rojas llegó el lunes a las 2:00 pm con dolores de parto a la emergencia del Seguro, y solo la recibieron para romperle la membrana y ponerla a caminar por las áreas externas del hospital. Ayer martes a las 12:00 pm aún no había dado a luz.

“Creo que quieren que llegue con la niña afuera para poder atenderme. Fui al Materno y está cerrado por remodelaciones, y la única salida es esta, por eso uno aguanta tantas humillaciones”.

“Debemos comprar hasta el cloro”

Tamara Flores asegura que además de comprar hasta el Pitocin, deben llevar el cloro para asear los baños, porque en el hospital tampoco no cuentan con los artículos de limpieza.

“Nos pidieron de todo, hasta los puntos los tuvimos que comprar para la cesárea de mi hija. Aquí no hay nada, te dan una lista de lo que debes traer para ser atendido. Se gasta como si estuvieras pariendo en una clínica, porque en medicamentos y kit quirúrgico gastamos casi 4 millones de bolívares. La sutura bachaqueada, con etiqueta del IVSS, costó Bs. 400 mil”.

Daniel Pavía manifiesta que “esto es una mamadera de gallo, hay que tener palanca para ser atendido, de lo contrario te mueres esperando. Los médicos residentes no saben ni dónde están parados, además maltratan a los pacientes”./LH/va

 

 

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