Nueve días de profunda devoción mariana vivió Vargas con la visita de la imagen de la Virgen del Valle Peregrina de Margarita, hecho que no ocurría desde hace 59 años, cuando monseñor Rafael Arias Blanco, arzobispo de Caracas, la trajo un 28 de junio por el Puerto de La Guaira en plena dictadura del general Marcos Pérez Jiménez.
Del 5 al 13 de septiembre, los feligreses se volcaron a las iglesias para presentarle sus respetos a la Patrona de los Navegantes y pagar así sus promesas. Las parroquias San Miguel Arcángel de Vista al Mar, Nuestra Señora del Carmen de Mirabal, María Auxiliadora de Las Tunitas, San José Obrero de Mamo, Nuestra Señora del Carmen de la Soublette, Sagrado Corazón de Jesús de la Páez y Nuestra Señora de Las Misericordias de Playa Grande, se lucieron para agasajar a la Inmaculada Concepción.
Le regalaron danzas folclóricas, cantos marianos y mariachi. Realizaron rosarios iluminados, vigilias, caravanas por más de diez sectores y la tradicional procesión marítima de la Armada, donde participaron tres guardacostas, lanchas de la GNB, del Instituto Nacional de los Espacios Acuáticos, peñeros y embarcaciones particulares.
Con el aporte económico de los feligreses y comerciantes de la región, se elaboraron diez mil trípticos informativos, cinco mil estampitas de la Virgen del Valle, afiches y pendones. Ese recurso permitió además costear el sonido, las flores, las sillas y el refrigerio de la gran ceremonia eucarística de bienvenida, celebrada en la plaza Mayor.
“Definitivamente fue con la unión, el esfuerzo y el trabajo mancomunado de los sacerdotes, religiosos y laicos de la Zona Pastoral, con la Gracia de Dios, que la plaza Mayor de Catia la Mar se desbordó de fe en la hermosa tarde mariana,” manifestó el padre Alfredo Bustamante, párroco de San José Obrero.
Destacó la labor de los sacerdotes Armando Villamizar de Las Tunitas, Luis Suárez de la catedral San pedro Apóstol de La Guaira e Ibero González de Vista al Mar, quienes en pocos días de asumir sus parroquias pudieron realizar las actividades programadas. También la estupenda organización de la comunidad Mirabal con el párroco Luis Chanta, a quien le tocó celebrar la misa del 8 de septiembre a pesar del torrencial aguacero. Ese percance de la naturaleza no impidió a los feligreses compartir con su patrona.
Igualmente hizo mención del trabajo del padre Antonio Rella, quien montó tres actividades con la imagen peregrina en La Lucha, en la sede parroquial de la Páez y en Las Colinas de Catia la Mar, donde la comunidad se lució con una liturgia cantada por el grupo Club Canarias de Caracas.
Resaltó además el esfuerzo del padre Omar Hernández por organizar el encuentro de la venerada imagen en la Soublette, y del párroco Rafael Troconis por su arduo trabajo pastoral en el urbanismo Hugo Chávez Frías, en Playa Grande, donde los habitantes acogieron a la Patrona de Oriente con mucho amor, pese al inclemente sol guaireño.
El presbítero Bustamante señaló que monseñor Raúl Biord, obispo de La Guaira, desde la ciudad de Roma siempre estuvo pendiente de la visita de la imagen de la Virgen del Valle Peregrina, no solo con los dos mensajes que se leyeron en las misas de bienvenida y despedida, sino por vía telefónica.
Agradeció a las emisoras de la Diócesis de La Guaira y Radio María, por su transmisión en vivo de la ceremonia eucarística que ofició el nuncio apostólico, monseñor Aldo Giordano, en la iglesia de Playa Grande.
María está con nosotros
“La imagen peregrina de la Virgen del Valle regresa a su casa, pero la Madre María ciertamente permanece con nosotros”. Con estas palabras el excelentísimo monseñor Aldo Giordano, nuncio apostólico del Papa Francisco en Venezuela, inició su homilía en la ceremonia eucarística celebrada en la iglesia Nuestra Señora de Las Misericordias en Playa Grande, con motivo de la despedida de la Patrona de los Navegantes.
Pidió que le confiemos a la Inmaculada Concepción a Venezuela, y nos recordó que la primera preocupación de una Madre es que la familia viva en paz y se ame. Nos invitó a ver a nuestro país con los ojos de la Virgen María, que ve a cada venezolano como un hijo y como una sola familia de hermanos, y que lo único que espera es la unidad. Recordó que el bautismo y la fe católica es lo que nos une. Vivir como auténticos cristianos es el único secreto para encontrar el camino para ser una única familia.
“La Virgen nos conceda la gracia de que no destruyamos a la familia por divergencias culturales, económicas, políticas e ideológicas. Que las diferencias de opiniones sean una riqueza para nuestro pueblo, que no sean motivo de división, conflictos o incluso violencia. Si nuestra prioridad es vivir el evangelio, veremos siempre renacer el milagro de la paz. Dios nos haga personas protagonistas del milagro de la paz, de una historia nueva. Quien trabaja para la división, trabaja para una historia vieja que pronto desaparecerá.”
Dijo que María tiene el deseo de llevarnos con ella para hacernos participar de la redención y resurrección de su Hijo. Para hacernos conocer que ninguna lágrima de la vida se pierde y que el deseo de verdad, de amor, de belleza, de infinito, de felicidad que están presentes en nuestro corazón son verdaderos, y se realizarán porque Jesús ha vencido la muerte para siempre.
Agradeció a los párrocos de la Zona Pastoral de Catia la Mar por su testimonio de fe, amor y esperanza para el mundo y para Venezuela. “La Virgen del Valle nos conserve en la alegría y en el amor, y nos proteja sobre todo en los momentos de oscuridad y de lágrimas”./ar