Beatriz Rodríguez, brlaverdad@gmail.com.- Con la puesta en marcha del decreto 2.294, que contempla los viernes libres en los centros educativos, los alumnos están perdiendo 10 horas de clases semanales y esto conlleva al deterioro de la calidad educativa, porque los educandos no recibirán las 200 horas reglamentarias, cuando apenas quedan dos meses para culminar el año escolar que no será reprogramado, la información fue suministrada por el profesor Orlando Alzuru, presidente de la Federación Venezolana de Maestros.
“Es una medida absurda porque hay muchos centros educativos que no tienen energía eléctrica, trabajan con la luz del día y al enviar a los educandos a sus casas el consumo es mayor, por lo tanto la disposición debe ser derogada”.
Hace un llamado a los representantes para que analicen la realidad de la situación, porque ya se han perdido 15 días de clases en el año lectivo. Asegura que los estudiantes corren el riesgo de no adquirir las competencias educativas, y el otro problema está representado para los padres que laboran en las empresas privadas, pues muchos deben llevarse a sus hijos al trabajo porque no tienen con quien dejarlos.
Restringen el derecho a la educación
“El derecho a la educación contemplado en el artículo 78 de la Constitución es vulnerado de manera flagrante por el mismo Gobierno, y mención especial merece el decreto que suspende las clases los viernes”.
De esta manera lo explica Jhonny Martínez, al resaltar que desde hace años la educación recibida por los venezolanos va palo abajo. “Eso se observa en el bachillerato y en las universidades, donde los alumnos no son capaces de plantearse una regla de tres, tienen errores ortográficos y muchas lagunas en las diferentes áreas”.
También hace referencia a los remediales, que han contribuido a la desmejora educativa, pues los alumnos pasan como sea y no se toma en cuenta la preparación. “Ya no raspan a nadie, los promueven por inercia”.
Explica que todo esto forma parte de un plan orquestado por el mismo Gobierno para mantener a la gente sumisa, ignorante y manejable, sin ningún tipo de actitud crítica.
Jóvenes cuestionan la medida
La estudiante Mariapia Palanzzole sostiene que más que una medida es un exabrupto, tomando en cuenta que la educación es la base fundamental de la sociedad y es imprescindible la excelencia educativa para que un país pueda avanzar.
“No podemos seguir restando horas, al contrario, estas deben ser incrementadas para poder cumplir los objetivos y de esa manera los estudiantes podrán pasar bien preparados al grado inmediato superior, no de forma atropellada, como se viene haciendo”.
Para Jesús Quintero, la medida es nefasta porque le quita a los estudiantes horas de enseñanza y les cercena el derecho a la educación. “Aunque sabemos y estamos convencidos de que el Gobierno hace todo esto a propósito, porque le tiene pánico a la debida formación de la gente”./ar