Ante la falta de equipamiento y condiciones de los ambulatorios de Naiguatá para atender a las parturientas, estas tienen que zanquear y buscar cupo en el Materno de Macuto y José María Vargas de La Guaira.
María González contó que su nieta primeriza llegó a Macuto con dolores de parto y, aunque estaba en proceso, los médicos la devolvieron a su casa porque no habían camas suficientes.
“Ella llegaba a su casa en Naiguatá cuando ya no aguantaba más y el esposo se devolvió al ambulatorio de la zona, donde el médico que estaba de guardia le dijo que era imperante que llegara a una sala de parto. Mi nieta casi da a luz en el carro de su esposo, llegó al Materno con el bebé coronado”.
Yuleisa Armas, con 8 meses y medio de gestación, señaló que su control prenatal lo ha tenido que cumplir en la Maternidad porque en el ambulatorio de Naiguatá solo hay un ginecólogo y el equipo para hacer ecografías está dañado.
“Es necesario que se potencien los centros de salud de los poblados más lejanos. No es posible que alguien tenga una emergencia en su parroquia y tenga que venir al centro del estado a recibir atención”.
La mayoría de las parturientas llegan a los hospitales en autobús, taxis o carros particulares, pues las pocas ambulancias con las que disponen los cuerpos de rescate, no se dan abasto para cubrir la demanda./DLR/yg