Por sexta vez los feligreses de la parroquia Sagrado Corazón de Jesús celebraron la tradición andina de la Paradura del Niño Jesús con una multitudinaria misa por la fiesta de Nuestra Señora de La Candelaria, también conocida como la Presentación del Señor, en la plaza de la urbanización Páez de Catia la Mar.
La eucaristía estuvo presidida por el padre José Manuel Gutiérrez Colmenares, del presbiterio de Margarita y oriundo de Mirabal, y concelebrada por el párroco Alfredo Bustamante, acompañado por los diáconos Rubén Azuela junto a los seminaristas Marcos, José Gregorio y Arón.
El padre Bustamante en su homilía recordó que esta fiesta de la Virgen es, ante todo, “una fiesta del Señor, de nuestro Divino Salvador, a quien María, junto con San José, portó al templo de Jerusalén para presentarlo y ofrecerlo a Dios, para dedicarlo a su servicio, como correspondía a una familia de intensa fe y de viva religiosidad y piedad, como era la sagrada Familia de Nazareth, ejemplo para todas las familias del mundo entero”.
Invitó a los feligreses a dar gracias a Dios, porque Él ha querido que fuera la santísima Virgen María, una mujer humilde y llena de una intensa religiosidad, la encargada de comunicar al mundo esa luz extraordinaria que es Jesucristo, “luz que disipa las tinieblas del mal y del pecado, de la incredulidad y de la indiferencia religiosa; de la injusticia y del odio, del egoísmo y de los vicios. Luz que nos ayuda a caminar por los senderos de la vida diaria, de nuestras actividades cotidianas, hacia la plena felicidad de la salvación eterna”.
Por eso, indicó, la imagen de la Candelaria tiene en sus brazos a Cristo y un cirio encendido. Sirio que fue encendido ayer en la plaza en el momento de la Paradura para pedir que disipe las tinieblas, miedos, enfermedades y problemas de los parroquianos.
Recalcó que Dios mismo escogió a María como Madre de su Divino Hijo para que también nosotros la acojamos como madre nuestra. Para que tengamos en ella un ejemplo vivo de fidelidad, en el seguimiento, en la escucha y cumplimiento de la Palabra de Dios, y podamos así alcanzar la verdadera felicidad.
“Por todas estas razones ¡bendigamos al Señor por María Santísima, fruto escogido de la humanidad, nuestra intercesora, nuestra amorosa madre, su bellísima y sentida devoción de Nuestra Señora de Candelaria!”.
Que derrame bendiciones
En su sermón el párroco del Sagrado Corazón de Jesús pidió a Dios que bendiga los proyectos parroquiales, entre ellos la pronta inauguración del dispensario parroquial que llevaba más de 25 años cerrado. También pidió por el comedor parroquial “Sembrando Esperanza” que abrió sus puertas hace 5 años para alimentar a 200 niños y 100 adultos mayores dos veces a la semana, a sus bienhechores, al grupo de voluntariado, a su gente, a sus enfermos, a los que sufren y se encuentran solos tristes y desamparados”.
Elevó sus plegarias por los niños de La Lucha, Las Angustias, la Atlántida, El Ejército, las Colinas, las veredas de La Páez, los Bloques, El Respiro y los niños de la cuasi parroquia Oscar Arnulfo Romero de Cuidad Chávez, para que puedan recibir la luz de Cristo a través de sus propias familias mediante el bautismo y una catequesis cada vez más extendida. También oró por los niños que se encuentran en el refugio del Canes.
“Que bendiga a los jóvenes para que puedan encontrar en Cristo la luz y el amor que oriente sus vidas; a los novios para que formen hogares sólidos y santifiquen sus nuevas familias con el sacramento del matrimonio; a esta Iglesia de La Guaira con abundantes vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada. Que siguiendo el ejemplo del padre Machado, quien orientó a la piadosa joven madre Emilia a la vida religiosa. Por nuestro beato, el santo de los pobres, José Gregorio Hernández interceda por todos nosotros y haga el gran milagro de culminar su santuario”.
Igualmente pidió abundantes gracias celestiales a sus hermanos sacerdotes, diáconos permanentes y consagrados de la Diócesis, para que con el fuego del Espíritu Santo lleven por doquier la luz de Cristo, con una labor pastoral cada vez más intensa y fructuosa. Por el obispo, monseñor Raúl Biord Castillo.
“Que llene con su luz poderosa la oscuridad que envuelve nuestra querida patria Venezuela, que disipe las tinieblas del egoísmo, la rabia, la intolerancia, las divisiones y los caprichos de los grandes políticos que no terminan de entender que este amarillo, azul y rojo no es de ellos sino de nosotros lo venezolanos”.
“Finalmente, a todos los aquí reunidos Señor bendícenos con tu luz a todos y cada uno de nosotros, nuestros problemas, nuestras situaciones difíciles, nuestras enfermedades, nuestros conflictos familiares, nuestros problemas económicos, a los que se sienten solos y desamparados bendícenos Señor”.
Agradeció a los padrinos Doña Yaneth Milay Ramírez Pernia de Días y Don José Roberto Días Rodríguez, que juntos a Doña Karla Carolina Guevara Paolozzi de Castro y Don Marcel Roberto Castro Gouveia, prepararon tan dignamente esta celebración eucarística, siendo esta la sexta que en la sede parroquial y la tercera en la plaza de la Páez.
Asimismo, a la parranda del Sagrado Corazón de Jesús, a los feligreses de las capillas filiales de La Lucha, César Nieves, Las Angustias, la Atlántida, El Ejército, Las Colinas, las Veredas, los Bloques y El Respiro Parte Baja.