La ciudad de Buenos Aires amaneció este miércoles con largas filas en las paradas de autobuses, el único medio de transporte que opera en la capital argentina a causa de una huelga de 24 horas que afecta a los aviones, trenes, metro capitalino (Subte) y taxis.
“Me he coordinado con un vecino para ir a trabajar en su auto”, explica, una mujer que vive en un suburbio capitalino y va cada día a trabajar al centro de la capital, lo que supone, en su caso, recorrer más de 20 kilómetros.
Quienes han podido organizarse con allegados están llegando a sus puestos de trabajo, pero aquellos que dependen del transporte público ferroviario y viven en las periferias están atravesando dificultades para llegar a su destino.
Por esa razón muchos trabajadores no han acudido a sus puestos, según han confirmado a EFE varios afectados.
“La gente que vive lejos y no tiene auto se está quedando en casa, no está yendo a trabajar. Sin trenes no se accede a la capital”, afirmó un ciudadano porteño.