Tras el rezo del Angelus de este domingo, el pontífice expresó su cercanía a los habitantes de Mérida tras las inundaciones que causaron al menos 22 muertos y varios desaparecidos.
“Me siento cercano a la población de Mérida, en Venezuela, afectadas por inundaciones y corrimientos de tierra y rezo por los difuntos y familiares y los que sufren por esta calamidad”, expresó en la Plaza San Pedro del Vaticano.
La iglesia es una de las principales organizadoras de la recolección de ayuda para los afectados. A través de Cáritas de Venezuela y la Arquidiócesis de Mérida, coordina junto a la ONU la entrega de alimentos, ropa y atención médica a los miles de damnificados.
El Papa expresó también su preocupación por la situación en Afganistán tras la llegada de los talibanes al poder y pidió que se continúe asistiendo a los más necesitados.
«Sigo con gran preocupación la situación en Afganistán y comparto el sufrimiento de los que lloran por las personas que han perdido la vida en los ataques suicidas del pasado jueves y los que buscan ayuda y protección».
Agradeció «a todos los que están ayudando a la población afgana duramente afectada, sobre todo a las mujeres y niños» y rezó para que «el diálogo ayude a la sociedad a una convivencia pacífica y ofrezca esperanza para el futuro del país».
Francisco explicó que «en momentos históricos como este, no podemos ser indiferentes. La historia de la iglesia nos enseña que como cristianos está situación nos tiene que comprometer».
Hizo un llamado a todos los cristianos «a intensificar la oración y a practicar el ayuno» por Afganistán. «Oración y penitencia. Es el momento de hacerlo. Estoy hablando en serio. Intensificar la oración y el ayuno pidiendo al señor misericordia y perdón».