El papa Francisco pidió este lunes 31 de mayo a la Virgen el final de la pandemia de coronavirus y de los «nudos» del «egoísmo y de la indiferencia», en la ceremonia con la que ha concluido la maratón de rezo de Rosario a la que dedicó mayo.
«Hemos dirigido nuestros ojos a ti, Madre de la Misericordia, suplicándote que acabe la pandemia y la humanidad pueda retomar la vida cotidiana con mayor seguridad», imploró el pontífice en la ceremonia, que tuvo lugar en los Jardines Vaticanos.
El pasado 1 de mayo el pontífice inauguró una «maratón de oración» para pedir el final de la pandemia y cada día del mes se ha celebrado en un santuario del mundo, desde el Vaticano, pasando por Oriente Medio, África o Asia hasta Latinoamérica.
Este lunes fue el momento de cerrar esta iniciativa. El Papa pronunció sus palabras ante un lienzo que representa a la Virgen Desatanudos, de la que es muy devoto, y que llevó en procesión por los Jardines hasta ser instalada sobre un lecho de rosas blancas.