El papa Francisco anunció que «la puerta está abierta» a su posible renuncia al pontificado y que no sería «una catástrofe».
Así lo expresó durante una rueda de prensa en un vuelo de regreso de su viaje a Canadá y agregó que cualquier tipo de decisión será la voluntad del Señor.
“Si el me indica que tengo que ir a un rincón, me voy al rincón, pero aún no he sentido esa llamada”.
Manifestó: «A mi edad y con esta limitación tengo que ahorrar fuerzas un poco para poder servir a la Iglesia o por el contrario, pensar en la posibilidad de echarme a un lado».