El papa Francisco donó a la pequeña isla de Lampedusa, en el sur de Sicilia, el crucifijo que le regaló el presidente cubano Raúl Castro durante su viaje a Cuba, como un homenaje a los miles de inmigrantes que atraviesan el Mediterráneo.
El anuncio fue hecho por el cardenal italiano Francesco Montenegro.
“Tengo el placer de comunicar que el papa me informó que desea enviar como regalo a Lampedusa, ese crucifijo, fabricado con madera de barcos y cuya cruz está formada por dos remos”, explicó el religioso.
“Representa el Cristo del Mediterráneo, sus brazos abiertos hacia el mar hablan del deseo de la Iglesia de ser el faro de esperanza para todos”, comentó.
“Es un gesto más del amor del papa por los últimos”, afirmó.
El crucifijo, de 3,6 metros de altura y 2,75 metros de ancho, es una obra de arte realizada por el artista cubano contemporáneo Alexis Leyva Machado, mejor conocido como “Kcho”, y fue regalado en septiembre pasado por Castro al papa.
El crucifijo será expuesto en la Iglesia de la Santa Cruz de Agrigento con ocasión de la apertura el 8 de diciembre del Jubileo y será transportado en peregrinación a cinco parroquias de Sicilia antes de llegar finalmente a Lampedusa.
El drama de la migración se ha agravado en el último año en Europa, con la llegada tras cruzar el Mediterráneo de 700.000 migrantes y refugiados y la muerte de más de 3.000 de ellos en el mar.
En ocasión de la entrega del regalo en La Habana, el portavoz del Vaticano, padre Federico Lombardi, explicó que los remos del crucifijo simbolizaban también a los migrantes cubanos, muchos de los cuales murieron en el mar tratando de llegar a las costas de Estados Unidos.