El Papa Francisco clamó este domingo para que los mexicanos hagan de su país una tierra de oportunidades donde «no haya necesidad de emigrar para soñar» y donde no hay riesgo de caer en manos de los «traficantes de la muerte».
En una homilía pronunciada ante 300 mil fieles en el violento suburbio capitalino de Ecatepec, Francisco invitó a «hacer de esta bendita tierra mexicana una tierra de oportunidad. Donde no haya necesidad de emigrar para soñar, donde no haya necesidad de ser explotado para trabajar».
Hablando en una ciudad golpeada por la violencia, especialmente contra migrantes y mujeres, el pontífice pidió hacer de México «una tierra que no tenga que llorar a hombres y mujeres, a jóvenes y niños que terminan destruidos en las manos de los traficantes de la muerte».
El sumo pontífice denunció este domingo cómo el comportamiento del hombre crea «una sociedad de pocos y para pocos».
El Papa inició su sermón recordando que ha comenzado el tiempo de Cuaresma, que precede la Pascua, y que «es un tiempo especial para recordar el regalo de nuestro bautismo, cuando fuimos hechos hijos de Dios».
«La Iglesia nos invita a reavivar el don que se nos ha obsequiado para no dejarlo dormido como algo del pasado o en algún ‘cajón de los recuerdos’ e invitó a en este periodo a «recuperar la alegría y la esperanza que hace sentirnos hijos amados del Padre».
Francisco además indicó que «Nuestro Padre es el Padre de una gran familia (…) Es un Dios que sabe de hogar, de hermandad, de pan partido y compartido. Es el Dios del Padre nuestro no del «padre mío» y «padrastro vuestro».»
Asimismo, dijo: «Sabemos lo que significa ser seducidos por el dinero, la fama y el poder. Por eso, la Iglesia nos regala este tiempo, nos invita a la conversión con una sola certeza: Él nos está esperando y quiere sanar nuestros corazones de todo lo que degrada…».