Unos 195 mil migrantes han sido interceptados este año en Panamá.
Panamá cerró al menos tres pasos utilizados por los migrantes para cruzar la peligrosa selva del Darién, una región que marca la frontera con Colombia y que es utilizada a diario por miles de personas en su ruta por Centroamérica para llegar a los Estados Unidos en busca del «sueño americano».
La decisión, anunciada este miércoles, pretende ejercer un mayor control sobre esta ruta irregular, según informaron las autoridades panameñas.
De acuerdo a un comunicado del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront), la decisión busca “canalizar la migración irregular” hacia Bajo Chiquito, el primer pueblo al que llegan los migrantes luego de atravesar la peligrosa zona selvática.
Los pasos cerrados están ubicados en la costa del Pacífico y el Caribe, donde también se han ubicado vigilancia costera e interdicción marítima. Además fueron reforzados los pasos terrestres que dan acceso al sector de Hito de Chucurti, el cual fue bloqueado con barreras perimetrales.
Esta semana el secretario de Seguridad Nacional de EEUU, Alejandro Mayorkas, firmó un acuerdo durante su visita a ese país para acudir a la investidura del nuevo presidente José Raúl Mulino.
“La migración irregular es un desafío regional que requiere una respuesta regional”, dijo Mayorkas.
«El nuevo acuerdo entre Estados Unidos y Panamá promueve la colaboración en la gestión de la migración, incluido el apoyo a operaciones de repatriación seguras y efectivas de panameños que incluyen la evaluación de protección. El programa de vuelos de expulsión es parte del enfoque regional integral para abordar la migración irregular», recoge el comunicado del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS, por sus siglas en inglés).
El lunes, Eric Jacobstein, funcionario del Departamento de Estado de Estados Unidos para el Hemisferio Occidental, aclaró que las deportaciones se aplicarán “sin tener en cuenta la nacionalidad” de los migrantes, y que se revisará “rigurosamente a las personas en riesgo de persecución o de tortura” y que no puedan regresar a su país.
“Estados Unidos ha asignado 6 millones de dólares en apoyo a las iniciativas de Panamá en este programa piloto. Esta inversión destaca nuestro compromiso de asegurar una gestión segura, ordenada y humana, con una fuerte aplicación de la ley”, puntualizó.
Según cifras del Servicio Nacional de Migración, unos 195 mil migrantes han sido interceptados este año en Panamá.