“Lo que se pueda salvar y reutilizar se los pondré nuevamente, porque los uniformes están muy caros. Los zapatos sí tengo que comprárselos porque no aguantan más el trote, tiene más de un año usándolos”, refiere Yumaira Huise.
Señala que la preocupación por el nuevo año escolar ya comienza. “La semana pasada recorrí varias tiendas en Maiquetía y un pantalón de gabardina para un niño de primaria no baja de los Bs. 43.000 y a medida que pasan los días los precios van aumentando. Tendremos que dejar de comer”.
Muchas madres intercambian o donan las piezas que están en buen estado. “No dejé que mi hijo se rayara la camisa cuando pasó para 4to año porque las iba a donar ya que las franelas beige se las regalaron”, señala María Villegas, madre de un alumno del Licenciado Aranda.
Agrega que “el año que viene irá con su uniforme viejo porque no tengo dinero para comprarle uno nuevo. Los zapatos se los pintaré”.
Aumenta el trabajo de los costureros
José Luis Hilario, costurero en Maiquetía, asegura que en los últimos dos años ha aumentado la demanda de reparaciones de ropas viejas, sobre todo uniformes escolares. Asegura que los más solicitados son cambios de cierre y ruedos.
“Todos los días se acercan a preguntar los precios, quejándose porque no tienen dinero para comprar uniformes nuevos. Lo que más traen son pantalones para bajarles los ruedos porque los niños crecen y les quedan pequeños”.
Coser un cierre cuesta Bs. 2.000 si lleva la pieza a sustituir, si no sale en Bs. 3.000, mientras que los ruedos y botas a Bs. 3.000. “El año pasado fue lo mismo, pero este año ha sido más fuerte”.LB/jd