El Covid-19 ha “agudizado” la crisis de hambruna en los países que ya padecen este problema, con nuevos focos emergentes como Brasil, alerta este jueves la organización humanitaria Oxfam, que urge a los gobiernos a crear sistemas alimentarios más “sostenibles y justos”.
En un informe, la confederación que agrupa a 20 ONGs afirma que la pandemia es “la gota que colma el vaso” para millones de personas que ya afrontaban dificultades por el impacto de “conflictos, cambio climático, desigualdad y un sistema alimentario roto” y que ha empobrecido a millones de productores y trabajadores del sector alimentario.
En el documento “El virus del hambre: cómo la COVID-19 está alimentando el hambre en un mundo hambriento”, la organización resalta que, en cambio, quienes ocupan posiciones de poder siguen obteniendo beneficios, pese a la crisis.
En 2019, recuerda, 821 millones de personas padecían lo que se conoce como “inseguridad alimentaria”, de las que aproximadamente 149 millones sufrieron una crisis de hambruna o algo peor.
El documento recoge datos del Programa Mundial de Alimentos que alertan de que el número de personas que experimentan “hambruna a un nivel de crisis” crecerá hasta los 270 millones antes de que termine el año como resultado de la pandemia, un 2,82 % más que en 2019.
Eso implica que entre 6.000 y 12.000 personas podrían fallecer al día por hambre, combinado con los impactos sociales y económicos de la pandemia antes de finales de año, y quizás más personas morirán cada día por la enfermedad.
El informe enumera los diez enclaves del mundo donde existe hambruna extrema y donde la crisis alimentaria está empeorando a causa de la pandemia: Yemen, República Democrática del Congo, Afganistán, Venezuela, Sahel africano occidental, Etiopía, Sudán, Sudán del Sur, Siria y Haití.
Todos esos países y regiones juntos reúnen al 65 % de personas a nivel global que afrontan “hambruna a un nivel de crisis”.
A fin de salvar vidas ahora y en el futuro, la organización pide, en concreto, a los gobiernos que sufraguen en su totalidad el llamamiento humanitario de la ONU, que construyan sistemas de alimentación “más justos, más resilientes y más sostenibles” y que se promueva la participación y liderazgo de las mujeres en la toma de decisiones para acabar con el sistema alimentario “roto”.