Francis Prieto
En los últimos 5 años se evidencia con mucha preocupación que el abuso sexual en niños, niñas y adolescentes está siendo tomado ante la sociedad como algo natural, por el silencio y la indiferencia. Sin embargo, cabe destacar que es un hecho aberrante, el cual deja heridas que pueden ser tratadas más no borradas.
Una víctima de abuso sexual jamás será el mismo, y más cuando el monstruo ataca desde la niñez, pues se está causando un trastorno durante el desarrollo, adicciones, desviación sexual entre otras dificultades.
Actualmente en mi trabajo de grado la especialización en seguridad ciudadana, en esta nueva investigación pude evidenciar que el abuso sexual dentro un entorno familiar es naturalizado: de cada 5 niños abusados, 3 de sus madres pasaron por lo mismo cuando niñas y en algunos de estos casos, estos primeros niños mencionados están siendo o fueron a abusados por quienes se lo hicieron a sus madres. Esto sucede cuando no hay una debida atención ante la primera víctima, convirtiéndose esto, en un círculo de disfunción familiar. Algo de impacto, pero es una ruda realidad.
Lo preocupante y difícil es entender que en los últimos 5 años han sucedido casos muy relevantes, dónde por un momento quienes han trabajado de forma voluntaria y haciendo campañas en contra del abuso sexual del niño, niña y adolescente, han intentado llevar propuestas a la Defensoría y el Consejo Municipal de Protección del Niño, Niña y Adolescentes, a la Secretaría Seguridad Ciudadana con el fin de la prevención de abuso sexual, pero no han sido consideradas pese a que es un tema muy delicado al igual que la violencia de género.
Finalmente, sigo insistiendo en que hay que unirse y trabajar todos los sectores en el recatar los valores y protección de la niñez para construir una sociedad sin huellas emocionales, ya que este delito horroroso, está cada día agarrando más fuerza, convirtiéndose en un problema de salud pública.
Felipenses 2.4: no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.