Una comisión conformada por la ONU y la Iglesia católica colombiana denunció este miércoles que la violencia que azotó a comienzos de este año al departamento colombiano de Arauca por la guerra entre el ELN y las disidencias de las FARC ha dejado más de 130 personas asesinadas y 3 mil desplazados.
La delegación destacó la importancia de “fomentar diálogos asertivos y respetuosos, la necesidad de crear y fortalecer espacios institucionales que permitan dar respuesta a la situación humanitaria y proteger a la población civil”.
También pidieron el fortalecimiento de las políticas de prevención de la violencia, de la estigmatización, y de impulso de la implementación en Arauca del acuerdo de paz firmado entre el Gobierno colombiano y las entonces guerrilla de las FARC.
“Todo ello requiere de una institucionalidad fortalecida que lidere procesos de inversión social de apoyo a víctimas y de generación de oportunidades para todos los araucanos”, dijeron.
Además, hicieron un llamado a los grupos armados a un “cese inmediato” de la violencia y a respetar el Derecho Internacional Humanitario.
Igualmente, instaron a las autoridades a garantizar espacios de diálogo y mecanismos eficaces para la protección de la vida y de la integridad de quienes habitan el departamento.
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