El responsable para Asuntos Humanitarios de la ONU, Stephen O’Brien, destacó las «devastadoras consecuencias» del terremoto registrado en Ecuador y dijo que tiene intención de utilizar el fondo para respuesta a emergencias de la organización para apoyar al país.
O’Brien visitó las zonas más afectadas por el sismo y, aún desde Ecuador, atendió por vía telefónica a los periodistas en Naciones Unidas.
Según explicó, a su regreso a Nueva York tiene previsto informar a los Estados miembros de la difícil situación sobre el terreno y destinar a Ecuador una suma de dinero del fondo para emergencias de la Organización de Naciones Unidas.
El objetivo, señaló, es «asegurar que hay disponibles recursos extra para cubrir huecos y apoyar los programas del gobierno para responder a las necesidades de la población».
«He visto y he hablado con personas en comunidades que han pasado un terrible sufrimiento. Este ha sido un terremoto masivo con consecuencias devastadoras para la gente, los edificios y los servicios básicos», dijo sobre la situación que se ha encontrado en su visita.
Según O’Brien, aunque el número oficial de muertos es por ahora de 480, es «probable que aumente» hasta alrededor de 500. Además, unas 21.000 personas necesitan refugio y, entre otras cosas, se necesita agua potable, pues los sistemas de distribución en algunas zonas están destruidos.
Según el responsable de la ONU, el Gobierno ecuatoriano está trabajando muy duro para responder lo más rápidamente posible a esas necesidades, mientras que las agencias internacionales están dando el respaldo posible. Entre otras actividades, Naciones Unidas ha comenzado a trabajar para evitar la proliferación de enfermedades que puedan transmitirse a través del agua o de mosquitos entre la población afectada.