Luis López.- Sentada en una vieja silla y despidiendo a sus nietos que iban a la escuela, Aracelis Josefina Hernández, de 61 años, dijo que tenía una ulcera en una de sus piernas, lo que le impide hacer sus empanadas desde hace tres meses.
Al referirse a la permanencia en uno de los edificios de la esquina Navarrete, en Maiquetía, expresó que desde el día de la tragedia del año 1999, se instalaron las familias en el lugar, buscando cobijo, desde entonces fueron catalogadas como invasoras por el entonces gobernador Antonio Rodríguez y su secretario de Gobierno, Arnaldo Moscoso. Asegura que “en tiempos de sequía, ni una cisterna hemos recibido en este lugar. Nos han negado la ayuda a las 11 familias que quedamos acá, de 30 que éramos al principio”.
Expresó que han tenido que costearse con sus propios recursos la reparación de las filtraciones del lugar, para tener unas condiciones mínimas de convivencia.
Comentó que todos los documentos donde solicitan vivienda reposan en Ivivar, pero están resignados a quedarse en el lugar. “Nunca se han preocupado por nosotros. Parece que no somos venezolanos y gente que necesita una mejor vida”. /ep