Adriana Reales Amaranto, madre de Fernán Vellojín Reales, el barranquillero de 21 años de edad que fue encontrado sin vida junto con su pareja Natalia Andrea Seña Bernier, de 15 años, en un hostal del sector de Patio Bonito, de la localidad Kennedy, en el suroccidente de Bogotá, solo desea que las autoridades esclarezcan la extraña muerte de su hijo y que la familia de la joven respete su dolor.
«Mi hijo era deportista, le encantaba jugar fútbol e ir al gimnasio. Además tenía muchas ganas de trabajar y seguir sus estudios. Precisamente se fue hacia Bogotá a inicios del pasado mes de mayo con esos sueños y también con las ganas de reencontrarse con su novia Natalia, con quien tenía unos dos años de relación», indicó Reales.
«Ese muchacho no salía de la casa. Andaba siempre por acá con sus amigos. Nunca le vi actitudes extrañas que tendieran al suicidio o a hacerse daño. Solo noté, unos días antes del hecho (su fallecimiento), que estaba como triste en casa de mi tío, donde se estaba quedando. Me confesó que se encontraba acongojado porque un médico le había dado poco tiempo de vida a su pareja, debido a unos problemas en los riñones, pero ese mismo día mejoró su ánimo», explicó la madre de Vellojín, mientras miraba su retrato en la sala de comedor de su casa.
La relación amorosa del joven comenzó en Barranquilla y se mantuvo por medio de redes sociales, llamadas y mensajería inmediata. Sin embargo, en varias ocasiones se vieron durante temporadas cortas, debido a que el padre de Seña, al parecer, tenía negocios en La Arenosa, y también por un viaje a la capital que realizó el joven justo cuando empezaba la relación.
Vellojín, entre lo poco que le contó a su madre sobre su noviazgo, dijo que conocía a los padres de su pareja, pero no le ofreció mayor detalle. Por su parte, Reales siempre le dijo a su hijo que la joven era menor de edad, que la respetara y valorara, y él siempre le contestó de manera positiva.