* El inmueble más barato en el estado no baja de 18 millones de bolívares
María Elena Moreno.- El ajuste del crédito de 500 mil bolívares a Bs. 3 millones que decretó el presidente Nicolás Maduro para la adquisición de vivienda, es insuficiente ante los precios exorbitantes de los inmuebles en el estado Vargas, donde lo mínimo a pagar en zonas populares son 18 millones de bolívares.
Las parejas jóvenes que buscan independizarse tienen poca oportunidad, así lo expresó Baltazar Rodríguez, asesor inmobiliario, quien además informó que ni siquiera se están alquilando propiedades.
“Hacen falta 28 millones de bolívares para comprar un apartamento sencillo de una habitación en una zona de clase media y son pocos quienes cuentan con esos recursos. Hace tiempo desaparecieron las viviendas de 6 millones en el estado. Puede que en el interior del país este nuevo ajuste sirva para cubrir el 40% del costo, pero en las grandes ciudades no”.
Asegura que mucha gente está especulando con el precio de los inmuebles y que “en su mayoría no han utilizado asesoría de un corredor para fijarlos. En otros países, como España, el ayuntamiento manda un perito y lo fija, acá no es así”.
Esta misma falta de regulación es la que ha dejado colar la tendencia de ventas en divisas y contratos de arrendamiento con empresas con el fin de solicitar dólares. “Para el común no hay alquileres, los propietarios temen que con las limitantes de la Ley de Arrendamiento sea imposible el desalojo”.
Hay dificultad para construir
Quienes pueden y consiguen, compran materiales para construir en techos o platabandas, quienes no, están de manos atadas.
Las constructoras están limitadas para levantar nuevos urbanismos debido a la fuerte escasez de materiales básicos. “Manejo la publicidad y el marketing de algunos proyectos de pre-venta, y he escuchado que hay problemas para adquirir acero, concreto y otros insumos, por lo que se retrasa la obra”. La falla es palpable ya que Sidor tiene más de tres meses sin producir ni un gramo de acero, mientras que Cementos de Venezuela trabaja al 50% de su capacidad.
También hay equipos, como los ascensores, que deben ser comprados en dólares. “No los están asignando y tienen que recurrir al mercado negro donde el dólar está por las nubes”.
Todas estas vicisitudes ponen a los constructores en una difícil situación pues “están en la responsabilidad de mantener los precios ofrecidos pese a que los costos se incrementan de un día para el otro”. MEM/jd