La ciudad de Nueva York ha seleccionado veinte gimnasios de escuelas públicas como posibles albergues de migrantes ante la avalancha llegada a la Gran Manzana, pero esta decisión ya se está encontrando con protestas de padres en la entrada misma de algunos de los colegios elegidos.
«Los gimnasios que estamos estudiando están separados de los edificios escolares. Son independientes», explicó el alcalde, Eric Adams.
«Es uno de los últimos lugares que quisiéramos contemplar y nadie se siente cómodo dando este paso tan drástico», apuntó.
La llegada de 65.000 inmigrantes a Nueva York desde el pasado agosto ha tensionado los servicios públicos de la ciudad, que trata de proveer alojamiento, escuela, alimentación y servicios médicos mínimos a los recién llegados.
La habilitación de gimnasios como albergues ya se ha comenzado a hacer desde ayer, y hoy los padres protestaron en dos de las escuelas afectadas, una en Willamsburg y otra en Sunsent Park, ambas en el condado de Brooklyn, adonde parecen dirigirse los esfuerzos del municipio después de haber utilizado principalmente la opción de hoteles «ad hoc» en Manhattan.
«No es que estemos contra la inmigración, solo que esto no se planeó correctamente», dijo la madre Aramis Rosa .
Otra madre identificada como Destiny Martin dijo incluso que sacó a su hijo de 11 años de la escuela 188 en cuanto supo que los inmigrantes dormían en el gimnasio adyacente. «No sabemos nada de su historia anterior, solamente que son inmigrantes, y eso es muy triste”.
La habilitación de escuelas es la última medida después de que la ciudad haya abierto 140 albergues de emergencia, muchos de ellos hoteles dedicados para este cometido, el último de ellos al antaño lujoso Roosevelt Hotel en el centro mismo de Manhattan.