Las Grandes Ligas hicieron otro intento por empezar la temporada a principios de julio, proponiendo un campaña regular de 76 juegos, incorporando otros seis equipos a los playoffs, para llegar a 16, y dando a los jugadores la posibilidad de ganar hasta el 75% de sus sueldos prorrateados.
Los peloteros se han negado a aceptar más reducciones de sueldo que las que hubo en marzo. Tensas negociaciones hacen peligrar la idea de que la temporada comience alrededor del 4 de julio, sin público.
La nueva propuesta garantizaría un 50% del salario prorrateado de los jugadores en la temporada regular. También perdonaría el 20% de los 170 millones de dólares que se les adelantaron a los jugadores entre abril y mayo.
Hay pocas posibilidades de que los peloteros acepten la propuesta, pero al eliminarse la idea de una escala de sueldos que hubiera perjudicado mucho a las grandes estrellas se cree que pueda ser el punto de partida de nuevas conversaciones.
Los jugadores aceptaron en marzo salarios prorrateados que dependían de los juegos disputados, parte de un acuerdo con garantías de servicios prestados si la temporada era cancelada.
Las Grandes Ligas propusieron en mayo una temporada de 82 juegos. El sindicato propuso entonces una temporada de 114 encuentros con pagos prorrateados.