A las 7:30 pm de este lunes ingresó al Materno de Macuto, procedente de Carayaca, un pequeño de 10 años, que resultó atacado por una serpiente tigra mariposa cuando jugaba en el patio de su casa.
El niño, que estudia sexto grado, llegó al centro de salud después de ser referido del Hospital Eudoro González, en Carayaca, al de Pariata, y de allí al José María Vargas. La razón: en ninguno de los tres contaban con el suero antiofídico.
Fue en el Materno donde le suministraron dos kits del suero, aportados por la Dirección de Salud de Vargas y por el PAI del Minsalud.
Posteriormente, a través de una comisión de los Bomberos Marinos del INEA, al mando del sargento Oscar Quintana, se le aplican otros cinco kits de suero.
Afortunadamente, hasta las 5:00 pm de ayer, la evolución de la criatura comenzaba a ser favorable, luego que la inflamación del brazo derecho, donde ocurrió la picada, empezó a ceder, según lo confirmó su papá, Yardler Cedeño.
Serpientes se alborotan con las lluvias
El primer teniente Luis Contreras, de los Bomberos Marinos, explicó que la temporada de lluvias viene asociada generalmente con el incremento de las mordeduras de serpientes, ya que al inundarse sus escondrijos estas buscan otros lugares, incluso cerca de las zonas pobladas.
Asimismo, aprovechó de exhortar al gobernador Jorge Luis García Carneiro a reactivar el Banco de Sueros Antiofídicos, que fue fundado en la sede de los Bomberos Marinos, en el Puerto de La Guaira, a raíz de la tragedia del 15 y 16 de diciembre.
Recordó que este suero es elaborado del mismo veneno de la serpiente y se obtiene mediante su procesamiento en los caballos. No causa sobredosis. “Son proteínas que no hacen daño al humano ni al animal. Incluso pueden ser administrados en mujeres embarazadas y a cualquier edad”.
“Ese banco ha salvado miles de vidas, no solo varguenses, sino de todas partes de Venezuela, e incluso ha cruzado nuestras fronteras”.AT/va