Lorena Correa, Loreclaverdad@gmail.com.- “La venida del Niño Jesús significa descubrir la Navidad, es Dios con nosotros, el Emmanuel del mundo. También simboliza cuidar a los más débiles y mantener un espíritu de ilusión y esperanza”, informó José Manuel Cicuéndez, presbítero de la iglesia Nuestra Señora del Carmen, en La Soublette.
Indicó que ese Salvador se ha hecho niño, pequeño, débil, sencillo y pobre para revelar su naturaleza humana. “En este mundo lleno de dificultades es hora de recordar la esencia de la Navidad. No es gastar en entrenos y regalos, sino descubrir que el mayor obsequio es el propio Dios”.
Cicuéndez señaló que Jesús ve cómo las personas han olvidado el verdadero significado de su nacimiento. “Hacen fiestas y adornan, pero en los hogares no hay un lugar para Él. Deben recordar que es tiempo para compartir en familia, bendecir la cena y cantar aguinaldos reunidos cerca del pesebre. Pedir perdón por los pecados, reconciliarse con las personas que estaban distanciadas y olvidar las diferencias”.
“El mayor regalo para un niño son los momentos felices en familia”
El párroco destacó que el mejor regalo en Navidad es el amor en familia. “Un joven no recordará el obsequio que recibió de niño, si no los momentos que vivió, su relación con todos los miembros de su familia, el compartir unidos, los buenos ejemplos y el entorno de alegría y celebración”.
Una carta a Jesús por Navidad
Todos los años se hace una gran fiesta en mi honor. En estos días, la gente compra muchos obsequios y en todas partes no se habla de otra cosa que no sea lo poco que falta para que llegue el día de estrenar. La verdad, es agradable saber que al menos durante un día, algunas personas piensan un poco en mí.
Como ya sabes, hace muchos años comenzaron a festejar mi cumpleaños. Al principio no todos parecían comprender y agradecer todo lo que hice por ellos, pero hoy en día casi nadie sabe qué celebra.
Recuerdo el año pasado, al llegar el día de mi cumpleaños, hicieron una gran fiesta, pero ¿sabes una cosa? ni siquiera me invitaron. Yo era el festejado y ni se acordaron de incluirme. La fiesta era para mí y cuando llegó mi gran día, me dejaron afuera, me cerraron la puerta y yo quería compartir la mesa con ellos.
Como no me invitaron, quise de todos modos acompañarlos sin hacer ruido y me quedé en un rincón. Llegó un viejo gordo de barba blanca, vestido de rojo, gritando “jó jo jo”.
Se dejó caer pesadamente en un sillón y todos los niños corrieron hasta él diciendo “Papá Noel, Papá Noel”, como si la fiesta fuera en su honor. Llegaron las 12:00 de la noche y todos comenzaron a abrazarse. Yo extendí mis brazos esperando que alguien me abrazara, y ¿sabes?, nadie me tomó en cuenta.
Tal vez creerás que yo nunca lloro, pero esa noche lo hice; me sentí abandonado y olvidado. Pero al pasar por tu casa, tú y tu familia me invitaron a pasar, además me trataron como un rey y realizaron una verdadera fiesta en la que yo era el invitado de honor.
Quiero bendecir a todas las familias como la tuya. Yo jamás dejaré de estar con ellas ese día y todos los días. También me conmovió el pesebre que pusieron en un rincón de tu casa.
El día de mi cumpleaños en vez de hacerme regalos, se regalan unos a otros. ¿Qué sentirías si el día de tu nacimiento se regalaran entre todos y a ti no te dieran nada?.
Estoy enviando muchas invitaciones y hoy querido amigo, tengo una invitación para ti. Solo quiero que me digas si quieres asistir y te reservo un lugar. Escribiré tu nombre con letras de oro en mi gran libro de invitados. Prepárate, porque cuando estés listo te daré una gran sorpresa. Un abrazo. Jesús./jd