Niñas de la catequesis coronaron a la Virgen de Fátima en Macuto
Laura De Stefano
Por ser el último día mariano, el mes de mayo está dedicado a la Madre de Dios, este domingo fue coronada por las niñas de la catequesis la imagen de la Virgen en su advocación Nuestra Señora de Fátima en la misa de Pentecostés celebrada en la iglesia San Bartolomé de Macuto.
“El primer domingo de mayo bajaron de su pedestal la imagen de la Virgen de Fátima para dar inicio al mes mariano, tradición que organiza la colonia portuguesa de nuestra parroquia”, informó Nelson Galvis, quien destacó que las niñas forman parte de la tercera y última etapa de la iniciación en la fe cristiana. Posiblemente en diciembre reciban el sacramento de la comunición.
La coronación es una forma de reverencia mostrada con frecuencia a las imágenes de la Virgen María. Es sobre todo desde fines del siglo XVI que en occidente la práctica de coronar las imágenes de la Virgen se generalizó en los fieles, tanto religiosos como laicos.
Al Papa Pío XIII le correspondió el honor de fundamentar la doctrina sobre la realeza de María e instituir fiesta en su magna encíclica “Ad Coelli Reginam”, uno de los hechos dominantes del primer año mariano universal.
La guía del Espíritu Santo
La misa fue celebrada por el padre Ricardo Méndez, quien en su homilía explicó que el Pentecostés fue el momento cuando la Iglesia recibe esa santificación y unción por medio del Espíritu Santo. “Celebramos la fiesta de Pentecostés porque Jesús, nuestro Señor, ha cumplido con su promesa de que no nos quedaríamos solos, nos envió el Espíritu que guiará y santificará nuestras vidas”.
Manifestó que el Espíritu Santo es el que ha sostenido a la Iglesia durante todo este tiempo, además nosotros lo recibimos en el momento del bautismo. Tiene tiene esa función en nuestra vida de acompañar, guiar, santificar, fortalecer y dar testimonio de nuestra vida cristiana. “El Señor sabe que como humanos nos equivocamos y por eso envía el Espíritu Santo a nuestros corazones, se ha quedado con nosotros, porque de Él recibimos esa fuerza y transformación para ser mejores personas”.
Indicó que en la primera lectura nos presenta a los díscipulos escondidos por temor, pero luego de recibir el Espíritu Santo se da esa transformación de valentía. “A veces los problemas se juntan y las situaciones se vuelven más difíciles, pero el Espíritu Santo nos da la valentía para seguir adelante. Les pregunto ¿es posible vivir una vida cristiana y como discípulo del Señor sin la presencia del Espíritu Santo? No es posible”.
Llamó a todos a alcanzar la santidad, porque esa es la voluntad de Jesús y comienza con hacer cosas con alegría, entusiasmo y ánimo. Manifestó que el Espíritu Santo también nos da la fortaleza para alejarnos de las tentaciones.