Hace décadas científicos de la agencia espacial empezaron elaborar un perfume para recrear el ambiente del espacio con el fin de entrenar sensorialmente a los astronautas que se preparaban para vuelos galácticos.
Durante años este aroma se mantuvo como un asunto interno de la agencia, pero luego se decidió ponerlo a disposición de todo el mundo a través del emprendedor Matt Richmond, que lanzó una campaña en Kickstarter para recaudar fondos para desarrollar el proyecto.
En poco tiempo la idea consiguió más de 300.000 dólares, una cifra superior a la necesaria para hacer realidad el proyecto. El aroma Eau de Space N° 1 fue creado por el experto en fragancias Steve Pearce, que en 2008 firmó un contrato con la NASA.
Para conseguir el perfume estudió los recuerdos de los astronautas sobre los olores en el espacio. Lo han descrito como algo parecido al olor del metal caliente, el ron, la pólvora quemada o incluso la carne a la parrilla.