Lorena Correa, Loreclaverdad@gmail.com.- Con motivo de celebrar los 55 años del acto mágico religioso el Entierro de la Sardina de Naiguatá, propios y visitantes se dieron cita para festejarlo por todo lo alto al ritmo de parranda, el llanto de las viudas, y coreando el famoso canto fó fó fó la sardina se murió, fó fó fó la vamos a enterrar, se conmemoró una de las manifestaciones popular más importante de la parroquia.
Cabe destacar, que la tradición proveniente de España, en Venezuela es festejada únicamente en las costas del litoral, exactamente en Naiguatá, donde tienen 55 años dándole vida a la fiesta pagana, como símbolo del inicio de la cuaresma donde se entierran los pecados y comienza el momento de penitencia. Momento propicio donde los agricultores le agradecen a la tierra por los verduras y los pescadores por la pesca, aprovechando la pedir abundancia para la próxima oportunidad.
Por su parte, Fredy Castro quien personaliza el diablo asegura ser la cuarta generación de los diablos que acompañan el entierro de la sardina desde hace 28 años, informó con emoción el anuncio bautizo de la quinta generación con su nieto Xavier Quintero de 7 años, convirtiéndose en el miembro más pequeño en la historia de la manifestación.
El luchador social Xavier Quintero, aseguró que apoyó una vez más la festividad para ayudar a la divulgación de la manifestación. Mientras aplaudió el homenaje realizado al “diablo mayor” Robín Izaquirre.
El vice ministro de cultura y presidente de la fundación del centro de la diversidad cultural, Benito Irady quien asistió a la actividad con su equipo de trabajo para realizar un registro de la tradición para luego llevar la investigación a un documental, con motivo de dar a conocer la fiesta popular a nivel nacional, e incluso fuera de nuestras fronteras.
“Durante todo el año en compañía de seis especialistas en comunicación social e investigación estaremos estudiando la tradición, para dar a conocer su importancia y divulgarlo como un patrimonio cultural” según Irady. LC
Apoyo gubernamental
El Presidente de la fundación para el desarrollo cultural del estado Vargas, Jesús Vizcaíno, informó que una vez más la gobernación está respondiendo al llamado de las comunidades, para apoyar en las diferentes manifestaciones populares que se celebran en la región.
“El gobernador en conjunto con todo su equipo de trabajo, están apoyando a la manifestaciones, en especial que al momento de su primer año de gestión se celebraban los 55 años del entierro de la sardina y la festividad fue conmemorada por todo lo alto, además han ayudado con vestuario, sonido, tarima y otros apostes necesarios para llevar a cabo la fiesta popular” indicó Vizcaíno.
Agregando que los pescadores y el pueblo se une para agradecer los favores recibidos y arrojar el mal a la playa, “por eso el hombre deben estar unido y más para difundir las festividades propias de nuestros pueblos” señaló el presidente de Fundacev. LC
Rituales y costumbres
El centro de acopio de los pescadores de Naiguatá, fue el lugar donde se reunieron todos los miembros de la celebración, para prepararse al sepelio de la sardina. Comenzando a maquillarse con ayudas de mujeres que se dedican a transformarlos en viudas, desde vestidos negros, mallas, tacones y hasta uñas pintadas, se convierten en la parte más vistosa de la tradición.
Luego de recorrer todo el pueblo, en compañía de todos los miembros de la comunidad, visitantes te comparsas que acompañan el sepelio, el padre se encarga de confesar a la viudas. LC
Viudas
La viuda mayor, Félix Rodríguez y miembro fundador del entierro de la sardina, aseguró que recibe ese título por ser la viuda con más tiempo en la fiesta cultural, con tan solo 19 años comenzó como reina de la manifestación, además de convertirse en reina en ocho oportunidades. “El pueblo en masa se divierte de manera sana, compartiendo con los visitantes, cada año veo como se incrementan las personas que viene de otros lugares” afirmó Rodríguez.
Por su parte, Ramón Quintero, también uno de los fundadores de la tradición, con 46 años celebrando el entierro, hace el papel de viuda, y manifiesta que le pone corazón a cada una de sus apariciones durante la fiesta. “Para la elección de la reina, soy la popular imitadora de Celia Cruz, cuando llega esta fecha me emociono porque veo como se congregan grandes y pequeño para continuar con esta gran manifestación popular, nombrada patrimonio Cultural en el 2009, le hago un llamado a los naiguatareños para que eviten dejar morir lo que es nuestro, tenemos que cuidar” según Quintero.
Mientras, Oliver Estévez, con 19 años de edad se unió a la fiesta para personificar una viuda, agregando que tenía años celebrando la tradición como un poblador más y no fue sino ahora que decidió ser parte del entierro de la sardina. “También soy miembro de los diablos danzantes, de San Juan y de San Pedro, los jóvenes somos la generación de relevo y debemos darle el valor que se merece cada festividad o tradición para continuar difundiéndola” afirmó Estévez.
Carlos Armas, participó durante seis años como miembro de la organización de la festividad y este es su primer año como viuda. “Mis amistades me motivaron a participar para ayudar al rescate de la cultura popular de nuestro pueblo, comencé a los 20 años y espero continuar por muchos años más” manifestó Armas.
Con 9 años como viuda, Argenis Melénte sigue el legado de su padre quien en años anteriores también fue miembro de la manifestación, le gusta recorrer el pueblo al ritmo de la parranda.
José Avilan, con 40 años como miembro organizador y parte de la fiesta es una de las viudas fundadoras, agrega que desde los 10 años dio inicio a su participación, como lugareño afirmó que le tiene mucho amor al pueblo y a cada una de sus manifestaciones culturales. “A través de nuestras tradiciones hemos logrado obtener beneficios para el pueblo, desde la iluminación hasta la recuperación de sus espacios. Esta fiesta para mi como pescador simboliza mucho, porque pedimos abundancia” indicó Avilan. LC
El Sacerdote
El popular sacerdote del entierro de la sardina, Juan José Montes, fundador de la celebración, un año más asistió a la actividad para confesar a la viudas, además de ser durante el recorrido del sepelio el mediador entre el bien y el mal, puesto que los diablos tratan de llevarse a la sardina y el evita que eso ocurra.
“Yo pensé que en el 85 este tradición iba a desaparecer porque la gente estaba comenzando a tomar un mal sentido de la festividad y todo terminaba en desastre y malos momentos. Por eso mi llamado es a mantener las tradiciones y las costumbres” detalló Montes. LC