El magnate Elon Musk, que el pasado abril anunció la compra de Twitter por 44.000 millones de dólares, amenazó este lunes con no consumarla porque no ha recibido de la empresa la información que él requirió sobre las cuentas falsas y el «spam».
En una carta dirigida a la compañía, Musk dijo que la dirección actual de la red social está «resistiéndose y frustrando» esa entrega de información, lo que equivale a un «claro incumplimiento material» de los términos del acuerdo de compra.
Sostiene que el comprador “debe tener un entendimiento cabal y exacto del núcleo mismo del modelo de negocio de Twitter: su base de usuarios activos. En cualquier circunstancia, el señor Musk no tiene por qué ofrecer explicaciones de sus argumentos para requerir esos datos, ni plegarse a las nuevas condiciones que la compañía ha tratado de imponer en su derecho contractual a esos datos solicitados”.
Musk ha mantenido desde el principio de toda la operación que los bots (cuentas automatizadas que transmiten “spam”) eran uno de los principales problemas de Twitter, con el de la libertad de expresión que, según él, estaba coartada por la política actual de la empresa.
La compañía sostiene que las cuentas de “spam” no suponen más del 5 % del total de cuentas activas en Twitter, algo que Musk siempre ha puesto en duda, sugiriendo que eran muchas más, un argumento que algunos analistas han explicado como un intento de rebajar el precio final de compra de la compañía.
Ya el pasado 13 de mayo Musk amenazó con paralizar la compra de la compañía con el mismo argumento, aunque posteriormente se desdijo y aseguró que seguía adelante, convirtiendo toda la operación en un mes de idas y venidas en los que no han faltado abundantes críticas contra la compañía y su supuesto sesgo “izquierdista».