El niño Luis Jhosue Acevedo, de 5 años, falleció el martes en el Hospital Clínico Universitario de Caracas a la espera de un trasplante, un procedimiento que está suspendido en el país desde 2017. Al menos 15 infantes han muerto este año esperando trasplante.
“Mi hijo tenía muchos deseos de vivir, de ser policía, ser bombero y es algo que no se puede porque ya se fue. Él no se quería ir, él tenía muchas ganas de luchar, ¿hasta cuándo van a morir más niños? Es como que no les da la gana de darse cuenta de nada, es un dolor que a uno le embarga”, dijo entre lágrimas a los medios de comunicación Juliarbis Acevedo, madre del pequeño.
La mujer hizo un llamado a los entes gubernamentales para que reactiven los trasplantes y eviten que los niños sigan muriendo.
Luis Jhosue Acevedo pidió en sus últimos deseos que se reactivaran los trasplantes en el país. Así lo relató Fabiana Garantón, directora de la Fundación Santi y sus Amigos, quién acompañó a los familiares del niño a dar declaraciones a la prensa.
“Entendamos que cada niño es único, lo que es un número para ustedes es el hijo, el hermano, el sobrino de una familia; es el amigo de un niño más que tiene la esperanza de no perder la vida en esta batalla por un trasplante, creo que es momento de actuar, de dejar la burocracia y de poner manos a la obra para poder salvar a todos los niños que hoy, como Jhosue, tienen la esperanza de ser bomberos, de ser policías, de ser hasta astronautas», señaló Garantón.
La Organización Nacional de Trasplantes de Venezuela (ONTV) fue la ejecutora del Sistema de Procura de Órganos para Trasplante (SPOT) hasta el año 2014, cuando el Ministerio de Salud suspendió sus funciones y se las adjudicó a la recién creada Fundación Venezolana de Donaciones y Trasplantes de Órganos, Tejidos y Células (Fundavene).
A partir de ese momento, el número de trasplantes que se realizaba en el país comenzó a disminuir, y finalmente el 1 de junio de 2017 Fundavene notificó la suspensión del programa donante de órganos de cadáver en todo el país.
La medida, que en su momento se dijo era temporal, fue atribuida a la escasez de medicamentos inmunosupresores de mantenimiento, las fallas del tratamiento previo al trasplante, las deficiencias en la red hospitalaria, el deterioro de los servicios y la migración del personal calificado.
En los últimos 4 años han dejado de realizarse en el país 960 trasplantes, de los cuales 150 pudieron ser para niños.