La ONG venezolana Una Ventana a la Libertad (UVL) denunció que entre abril y septiembre de este año fallecieron 31 reclusos por tuberculosis en calabozos policiales de Caracas, Miranda, La Guaira, Nueva Esparta y Zulia.
A principios de agosto, UVL denunció que en el primer semestre de 2021 fallecieron 95 presos, 72 de ellos por enfermedades”, señalaron en un comunicado.
La ONG indicó que la enfermedad que más muertes causó, el 65% del total, fue la tuberculosis. “El resto de las muertes se distribuye en cinco causas principales como el infarto, la desnutrición, enfermedades respiratorias, neumonía y síntomas de covid-19. También fueron causadas por cirrosis, hemorragia pulmonar, amebiasis (infección parasitaria) y VIH”, sostuvieron.
“De los centros de detención preventiva (calabozos policiales) monitoreados, donde 101 son de carácter civil y 18 militares, el equipo de investigadores de UVL determinó que en estos espacios predominan las enfermedades respiratorias, como tuberculosis, desnutrición, VIH/sida, infecciones en la piel, síndrome diarreico, covid-19, entre otras”, agregaron.
UVL reportó que familiares advirtieron que algunos de los detenidos presentan síntomas asociados al covid-19, pero que no es posible contabilizar esos casos sin información oficial por parte de las autoridades y confirmación de pruebas que descarten o confirmen la presencia del virus.
“Estas cifras demuestran que los reclusos en los centros de detención preventiva aún siguen expuestos a enfermedades infectocontagiosas, hasta el punto de perder la vida”.
Además, Una Ventana a la Libertad determinó que tratar a estos reclusos enfermos es “casi imposible” debido a la falta de condiciones que existen en los calabozos policiales.
“Según el monitoreo registrado, sólo 39 centros de detención preventiva cuentan con baños para asearse (32,8%). Esto aumenta el riesgo de transmisión de las enfermedades infectocontagiosas presentes en los calabozos policiales”.
Estos centros, de acuerdo a la organización, tampoco están adaptados para auxiliar a embarazadas, ni mujeres lactantes, ya que solo uno de los calabozos estudiados, en La Guaira, cuenta con este servicio.
“Tampoco tienen comedores para que los reclusos puedan alimentarse, ni están capacitados para albergar a detenidos con discapacidad motora, motivado, principalmente, por la falta de infraestructura adecuada para albergar a detenidos y el hacinamiento”, indicaron.