“Hoy millones de personas saldrán a las calles a acompañar a Jesús Nazareno, a presentarle sus devociones, a cumplir una promesa y a elevar una oración”, expresó el obispo de La Guaira, monseñor Raúl Biord, quien dijo que es el día más religioso en toda Venezuela.
Señaló que desde el Nazareno de San Pablo en Caracas, al Nazareno de Achaguas, de Maiquetía y a los miles de Nazarenos de tantas iglesias, capillas y comunidades. No hay ninguna iglesia por pequeña que sea que no tenga su Nazareno.
“Siempre me he preguntado la razón de esta preferencia religiosa de los venezolanos. Adornado en un bello color morado, con orquídeas y flores de gran belleza, el nazareno sale de la iglesia y recorre las calles de las comunidades, los pueblos, los campos, los barrios, visita las familias y las casas”.
Manifestó que el Nazareno es imagen de un Dios que camina entre la gente con su cruz, en silencio, con seriedad, que no escapa de su cruz, sino que la lleva a cuestas, en medio del dolor, de las oraciones y de la esperanza.
“Como iglesia, somos un pueblo en camino, siempre en camino. Este mundo no es nuestro hogar, no pertenecemos a este mundo, sino que Dios nos ha sembrado en esta tierra para florecer en la vida eterna para siempre”.
Monseñor destacó la figura de Cirineo, aquel hombre que ayudó a Jesús a cargar la cruz, demostrando que Dios todopoderoso también necesita de los hombres. Para enseñarnos con su ejemplo que debemos ayudar y aceptar ayuda.
“Necesitamos cirenos que ayuden a llevar las cruces de los demás. Necesitamos verónicas que limpien los rostros sudorosos y sangrientos, necesitamos las mujeres de Jerusalén que lloren ante el sufrimiento de los demás, de los condenados, de los excluidos, necesitamos a la Virgen María que nos enseñe a estar al pie de la cruz, con fortaleza y valentía”.
También se refirió al nombre del lugar de origen de Jesús, Nazaret, de allí el Nazareno. Pidió al Señor a que nos ayude a nunca olvidarnos ni avergonzarnos de nuestros orígenes, a pesar de que sean muy humildes. “Ayúdanos a sentirnos siempre parte de un pueblo, de una comunidad, de una iglesia, con sus virtudes y sus defectos”.
Dijo que el Nazareno nos enseña a llevar la cruz, pues todos tenemos una cruz que no podemos desconocerla ni repudiarla. “No hay sobre esta tierra ningún momento privo de sufrimiento, de preocupación, de dolor, de desengaño, de desesperanza. La procesión va por la calle, pero la procesión siempre va por dentro. Acompañar a Jesús Nazareno es aceptar la propia cruz y cargarla, es seguir a Jesús en su pasión, pero es también el compromiso por ayudar a cargar las cruces de los demás”.
“Jesús Nazareno, hoy te acompañamos por las calles de nuestra comunidad, ayúdanos a ser como tú, ten compasión de tantos enfermos, de nuestros ancianos y niños, protege a los que están lejos de casa, ayúdanos a todos a encontrar el camino”.