*Con la misa del Miércoles de Ceniza se da inicio a la Cuaresma
Laura De Stefano
Hoy, después de 2 años sin poder asistir de forma presencial a los templos por la pandemia, miles de feligreses acudirán a las iglesias para participar en la misa del Miércoles de Ceniza, y para pedir por la paz en Ucrania como lo solicitó el Papa Francisco en la audiencia general.
“Con este rito iniciamos la Cuaresma, un tiempo litúrgico de conversión para prepararnos a la gran fiesta de la Pascua. Cuarenta días antes de la Misa de la Cena del Señor del Jueves Santo, con la que culmina,” informó el secretario Diocesano de Liturgia, el padre Alfredo Bustamante.
Aclaró que la ceniza no es un rito mágico, “no nos quita nuestros pecados, para ello tenemos el sacramento de la reconciliación o de la confesión. Es un signo de arrepentimiento, de penitencia, pero sobre todo de conversión. Es el inicio del camino de la Cuaresma, para acompañar a Jesús desde su desierto hasta el día de su triunfo que es el Domingo de Resurrección”.
Recordó que debe ser un tiempo de reflexión de nuestra vida, de entender a dónde vamos, de analizar cómo es nuestro comportamiento con nuestra familia y en general con todos los seres que nos rodean. “Momento propicio para reflexionar por la paz de Ucrania, como lo ha pedido el Santo Padre el Papa Francisco”.
El padre Bustamante afirmó que es un tiempo de pedir perdón a Dios y al prójimo, pero es también un tiempo de perdonar a todos los que de alguna forma nos han ofendido o nos han hecho algún daño.
“Pero debemos perdonar antes y sin necesidad de que nadie nos pida perdón, recordemos como decimos en el Padre Nuestro, muchas veces repitiéndolo sin meditar en su significado, que debemos pedir perdón a nuestro Padre, pero antes tenemos que haber perdonado sinceramente a los demás. Con esta actitud podríamos iniciar un verdadero y auténtico camino de tolerancia y paz que tanto clama nuestro tricolor nacional”.
Antigua tradición hebrea
La imposición de las cenizas en este día viene de una antigua tradición hebrea. Los judíos se cubrían con cenizas después de haber pecado o como preparación para algún acontecimiento señalado. Con esta práctica pretendían acercarse más a Dios a través del arrepentimiento. Así, las cenizas tienen sentido simbólico de muerte y caducidad, pero también de humildad y penitencia.
En los primeros siglos de la Iglesia, las personas que querían recibir el sacramento de la reconciliación el Jueves Santo, se ponían ceniza en la cabeza y se presentaban ante la comunidad vestidos con un «hábito penitencial». Esto representaba su voluntad de convertirse.
En el año 384 D.C., la Cuaresma adquirió un sentido penitencial para todos los cristianos y desde el siglo XI, la Iglesia de Roma acostumbra poner las cenizas al iniciar los 40 días de penitencia y conversión a los adultos.
El padre Bustamante señaló que el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo son días de ayuno y abstinencia, esta última obligada a partir de los 14 años. Mientras que el ayuno desde los 18 años hasta los 59 años. “Este es un modo de pedirle perdón a Dios por haberlo ofendido y decirle que queremos cambiar de vida para agradarlo siempre”.
“La oración en este tiempo es importante, ya que nos ayuda a estar más cerca de Dios para poder cambiar lo que necesitemos cambiar de nuestro interior. Necesitamos convertirnos, abandonando el pecado que nos aleja de Dios. Cambiar nuestra forma de vivir para que sea Dios el centro de nuestra vida. Sólo en la oración encontraremos el amor de Dios y la dulce y amorosa exigencia de su voluntad”.
Para que nuestra oración tenga frutos, indicó, debemos evitar lo siguiente: la hipocresía y a disipación. Esto quiere decir que hay que evitar las distracciones lo más posible. Preparar nuestra oración, el tiempo y el lugar donde se va a llevar a cabo para podernos poner en presencia de Dios.
Jornada de ayuno por la paz
La Iglesia venezolana se unió al llamado del Papa Francisco de realizar este Miércoles de Ceniza una jornada extraordinaria de ayuno y oración por la paz. Por eso en todos los templos se dedicarán unas horas para esta acción.
El Pontífice lanzó un llamado “a los responsables políticos para que examinen seriamente su conciencia ante Dios, que es el Dios de la paz y no de la guerra; que es el Padre de todos, no solo de algunos, que quiere que seamos hermanos y no enemigos”.
Además, realizó un llamado “a todos, creyentes y no creyentes” porque “Jesús nos enseñó que a la diabólica insensatez de la violencia se responde con las armas de Dios, con la oración y el ayuno”.
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