Miles de feligreses acudirán hoy a los templos por el inicio de la cuaresma
Laura De Stefano
Los miles de católicos de las 27 parroquias eclesiásticas que conforman la Diócesis de La Guaira asistirán hoy a las iglesias para recibir la imposición de la cruz en el Miércoles de Ceniza que da inicio a la cuaresma, los 40 días antes de la misa de la cena del Señor del Jueves Santo.
“La ceniza no es un rito mágico, no nos quita nuestros pecados, para ello tenemos el sacramento de la reconciliación o de la confesión. Es un signo de arrepentimiento, de penitencia, pero sobre todo de conversión. Es el inicio del camino de la cuaresma para acompañar a Jesús desde su desierto hasta el día de su triunfo que es el Domingo de Resurrección”, manifestó el secretario Diocesano de Liturgia, el padre Alfredo Bustamante.
Señaló que debe ser un tiempo de reflexión de nuestra vida, de entender a dónde vamos, de analizar cómo es nuestro comportamiento con nuestra familia y en general con todos los seres que nos rodean.
“En estos momentos al reflexionar sobre nuestra vida, debemos convertirla de ahora en adelante en un seguimiento a Jesús, profundizando en su mensaje de amor y de paz, acercándonos en esta cuaresma al sacramento de la reconciliación, que como su nombre mismo nos dice, representa reconciliarnos con Dios y sin reconciliarnos con Dios y convertirnos internamente, no podremos seguirle adecuadamente”.
El padre Bustamante afirmó que es un tiempo de pedir perdón a Dios y a nuestro prójimo, pero es también un tiempo de perdonar a todos los que de alguna forma nos han ofendido o nos han hecho algún daño.
“Recordemos como decimos en el Padre Nuestro, muchas veces repitiéndolo sin meditar en su significado, que debemos pedir perdón a nuestro Padre, pero antes tenemos que haber perdonado sinceramente a los demás. Con esta actitud podríamos iniciar un verdadero y auténtico camino de tolerancia y paz que tanto clama nuestro tricolor nacional”.
Pidió aprovechar esos momentos de gracia que se brindarán en las cuatro zonas pastorales de la diócesis, donde organizarán jornadas de confesiones, con la participación de varios sacerdotes, para prepararnos espiritualmente para vivir la Semana Mayor.
El secretario de Liturgia resaltó que el mensaje del Papa Francisco para la cuaresma de este año se titula “Ascesis cuaresmal, un camino sinodal”. En su mensaje, el santo padre ha elegido el Evangelio de la Transfiguración para invitarnos a una experiencia cuaresmal de ascesis en la que estamos llamados a “escalar una alta montaña” junto con Jesús.
“Como los discípulos que fueron conducidos por el Maestro al monte Tabor, no estaremos solos en este viaje cuesta arriba, sino en compañía de nuestros hermanos y hermanas. Por eso, nos recuerda el Papa Francisco, nuestro camino cuaresmal es un camino sinodal. Tras un camino que ‘requiere esfuerzo, sacrificio y concentración’, llegaremos a la meta, donde ‘el panorama que se abre al final sorprende y recompensa por su maravilla’”.
El explicó que el origen de la costumbre viene de los primeros siglos de la Iglesia, cuando las personas que querían recibir el sacramento de la reconciliación el Jueves Santo, se ponían ceniza en la cabeza y se presentaban ante la comunidad vestidos con un “hábito penitencial”.
En el año 384 d.C., la cuaresma adquirió un sentido penitencial para todos los cristianos y desde el siglo XI, la Iglesia de Roma acostumbra poner las cenizas al iniciar los 40 días de penitencia y conversión a los adultos.
El Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo son días de ayuno y abstinencia. La abstinencia obliga a partir de los 14 años y el ayuno de los 18 hasta los 59 años.
El ayuno consiste hacer una sola comida fuerte al día y la abstinencia es no comer carne. Este es un modo de pedirle perdón a Dios por haberlo ofendido y decirle que queremos cambiar de vida para agradarlo siempre.
Indicó que la oración en este tiempo es importante, ya que nos ayuda a estar más cerca de Dios para poder cambiar lo que necesitemos cambiar de nuestro interior. “Necesitamos convertirnos, abandonando el pecado que nos aleja de Dios. Cambiar nuestra forma de vivir para que sea Dios el centro de nuestra vida. Solo en la oración encontraremos el amor de Dios y la dulce y amorosa exigencia de su voluntad”.
El padre José Rafael Lugo, párroco de San José Obrero, dijo que en estos 40 días la Iglesia católica nos invita a la reflexión, “es decir, un llamado a separarnos de las cosas que el mundo nos ofrece y mirar nuestro interior y el trato que mantenemos con Dios”.
Señaló que con la imposición de la ceniza en nuestras cabezas se nos recuerda que somos creados del polvo y que solo con Dios tenemos vida, así que debemos sostenernos junto a Él para que podamos vivir todas las virtudes que este tiempo nos invita a practicar.
Es un tiempo apropiado para creer y para recibir a Dios en nuestras vidas, y permitirle “poner su morada” en nosotros ( uan 14,23). Para ayunar y abstenerse, es decir, ofrecer los sacrificios que hizo Jesús para librarnos de los pecados y nosotros arrepentirnos sinceramente. Para dar limosna; ayudar al prójimo, actuar con bondad y solidaridad en el entorno familiar, parroquial, profesional y en nuestra comunidad.
“Para que nuestras acciones estén dirigidas a mejorar la vida de quienes nos rodean. Asimismo para acercarnos a la oración, es decir, escuchar y meditar su Palabra. Esto nos ayuda a profundizar en su misterio al sabernos amados por Él, siendo nuestro deseo primordial corresponderle. Por tanto, esto permitirá insertarnos en la Pascua Eterna prometida”.