Una multitudinaria protesta de desocupados se convertía el miércoles en el primer gran desafío político del presidente de Argentina, Javier Milei, quien desde su campaña electoral prometió impedir que las manifestaciones cortaran el tránsito vehicular.
Entre férreos controles policiales, las agrupaciones sociales protestaban en el centro de Buenos Aires para pedir mayores subsidios a la pobreza y contra las medidas de ajuste anunciadas la semana pasada por Milei.
La protesta mostró situaciones tensas cuando algunos de los manifestantes tomaron las calles para marchar hacia la emblemática Plaza de Mayo, frente a la Casa de Gobierno, algo que las fuerzas de seguridad pretendían evitar a toda costa para garantizar la circulación vehicular.
La protesta tuvo lugar pocas horas antes de los anuncios del mandatario del contenido de un decreto ley que profundizará el rumbo económico y, advirtió la central obrera (CGT), el malestar colectivo.