Javier Milei, un economista libertario y ultraliberal de 53 años, asumió este domingo la presidencia de Argentina decidido a darle un tratamiento de shock con el que promete sacar al país de su agónica crisis económica, aunque necesitará del apoyo de la oposición.
Ajeno a la política tradicional, a la que despectivamente se refiere como «la casta», Milei juró su cargo ante el Parlamento, en medio de aplausos y gritos de «¡libertad, libertad!».
«Juro por Dios y por la patria sobre estos santos evangelios», recitó Milei, siguiendo el protocolo usual. Luego recibió del presidente saliente, Alberto Fernández, la banda y el bastón de mando.
A su lado, la vicepresidenta, Victoria Villarruel, hizo el mismo juramento.
Milei prometió este domingo una «nueva era» de «paz y prosperidad» con su gobierno, que recibe lo que consideró «la peor herencia» de la historia del país.
«Hoy comienza una nueva era en Argentina, una era de paz y prosperidad, una era de crecimiento y desarrollo, una era de libertad y progreso», dijo Milei en un discurso en la escalinata del Congreso, frente a sus seguidores congregados en la plaza contigua al edificio. «Ningún gobierno ha recibido una herencia peor que la que estamos recibiendo nosotros», añadió.
Enumeró que en materia de seguridad, «Argentina se ha convertido en un baño de sangre», que una de las ciudades más importantes del país -en alusión implícita a Rosario- ha sido «secuestrada» por el narcotráfico y la violencia, que los ciudadanos han sido «abandonados» por la clase política y que solo el 3 % de los delitos conlleva algún tipo de condena.
En lo social, Milei describió que “la mitad de la población es pobre, con el tejido social completamente roto”, por lo que unos veinte millones de argentinos “no pueden vivir una vida digna”, y seis millones de niños y jóvenes se van a dormir con hambre, caminan descalzos por la calle o han caído en la droga.
“Los planes contra la pobreza generan más pobreza», afirmó el nuevo gobernante argentino, quien insistió en que «la única forma de salir de la pobreza es con más libertad”.
Milei se lamentó por las preocupantes cifras de la educación, un panorama que contrastó con el pasado, cuando Argentina se convirtió en el primer país “en terminar con el analfabetismo en el mundo”.
En materia de salud, el presidente dijo que el “sistema se encuentra completamente colapsado»” porque hay hospitales “destruidos”, médicos que cobran una miseria y falta servicio de salud básica.
El nuevo presidente subrayó que aunque «en el corto plazo la situación empeorará, luego veremos los frutos de nuestro esfuerzo». «No hay plata, no hay alternativa al ajuste, no hay alternativa al shock», exclamó ante miles de seguidores que se congregaron en la plaza frente al Congreso, en Buenos Aires, para escucharlo.