José Ángel Maicabares
Policía y madre, una combinación con sacrificios que durante 20 años ha venido ejerciendo la supervisora jefa Mildred Giovana Jiménez Henríquez, directora de la Dirección Nacional Antidrogas de la PNB- La Guaira. Por sus funciones ha tenido que separarse momentáneamente de su hija de 10 años, sin embargo, el tiempo que le dedica lo aprovecha al máximo para consentirla.
“A veces mi función consume gran parte de mi tiempo familiar, de eso me doy cuenta cuando trato de dedicarle un fin de semana a mi hija y noto que me he perdido de muchas de sus vivencias en la semana. Gracias a Dios, ella desde muy pequeña comprendió mi ritmo de trabajo, pero esa figura de madre se contempló de mil formas”.
Jiménez destaca que si bien en el hogar es un poco exigente, ese chip de policía desaparece y entra en la fase de madre e hija, siendo más condescendiente y flexible. “He llevado un poco de rigidez a casa, pero mantengo la línea, porque se trata de mi princesa, con quien debo ser amorosa y complaciente”.
Mildred, al igual que otras funcionarias comprometidas con la profesión, están a tiempo completo preparadas para prestar servicio si así fuera necesario. “Independientemente del sexo, debes cumplir igual que el resto de tus compañeros”./jd