El astro argentino del FC Barcelona Lionel Messi y su padre Jorge fueron condenados a 21 meses de cárcel por un fraude fiscal en España, aunque difícilmente ingresarán en prisión al ser penas inferiores a dos años, además de ser multados con 3.7 millones de euros.
Ambos fueron juzgados hace un mes ante un tribunal de Barcelona que ayer los declaró culpables de haber defraudado 4.16 millones de euros al fisco por los ingresos de los derechos de imagen del futbolista a través de una red de sociedades en paraísos fiscales entre 2007 y 2009.
Durante todo el juicio, la estrategia de la defensa pasó por desvincular al delantero de 29 años de los supuestos delitos cometidos. Messi aseguró que él se dedicaba a jugar al fútbol, ignorando por completo cómo se gestionaba su dinero y qué eran los contratos que firmaba.
Aun así, el tribunal consideró que existía una sospecha justificada de que los ingresos consecuencia de la explotación de los derechos de imagen no tenían un origen claro pero el futbolista prefirió mantenerse al margen.
Según las investigaciones realizadas, Messi y su padre, ayudados por un bufete de abogados de Barcelona, crearon una red de sociedades en Reino Unido, Suiza, Belice y Uruguay para ingresar los derechos de imagen evitando el pago de impuestos.
Durante estos años, Messi firmó contratos cuyos ingresos pasaban primero por Suiza y Reino Unido con destino final a la sociedad uruguaya Jenbril, de la que era accionista único.