Mercosur celebra una reunión emblemática desde este sábado en Asunción con «la pelota» de las negociaciones en la cancha de la Unión Europea y a la espera el lunes de un encuentro entre presidentes que viven complejas situaciones políticas y económicas en sus casas.
El sábado se confirmó la presencia de un recién estrenado presidente argentino, Mauricio Macri, que podría encaminar al Mercosur hacia una mayor flexibilización comercial; un atribulado Nicolás Maduro, que acaba de recibir un bofetón con la pérdida de la mayoría legislativa; y una Dilma Rousseff, acosada por el fantasma de un juicio político en Brasil.
Además del presidente anfitrión, Horacio Cartes, y el uruguayo, Tabaré Vázquez, participarán el lunes en la cumbre Evo Morales de Bolivia -en proceso de adhesión- y Michelle Bachelet de Chile -que llega como miembro asociado-, según confirmó un comunicado de la presidencia paraguaya.
La asistencia del presidente de derecha argentino, que acaba de tomar drásticas medidas económicas en busca de la apertura comercial de un país caracterizado por su proteccionismo durante la era Kirchner, es motivo de expectación sobre todo por un reciente rifirrafe con Maduro.
Además, la eliminación de trabas aduaneras a las importaciones es una noticia que Mercosur recibe «muy bien», dijo el sábado a periodistas el canciller paraguayo, Eladio Loizaga, cuando se estrenaron las reuniones preparatorias.
Las trabas proteccionistas, muchas de ellas impuestas por Argentina y Brasil, son el origen de los conflictos internos que afectan Mercosur desde su fundación en 1991.
Pero además de la flexibilización comercial entre los países del bloque, la negociación con la UE protagonizará las discusiones económicas.
La pelota europea
Las negociaciones comerciales, que los técnicos afinan desde el sábado para presentar sus conclusiones este domingo a los ministros de Exteriores y Economía, se concentran en el intercambio de ofertas con la UE en vistas a un tratado de libre comercio (TLC) entre los dos bloques.
«El Mercosur ya tiene su oferta consolidada de todos sus miembros y solamente esperamos que la Unión Europea nos notifique la fecha en que será el momento en que bajemos las ofertas. Mercosur ya tiene todo listo, la pelota (está) en el sector de la Unión Europea», dijo Loizaga.
«Aunque persisten áreas sensibles», continuó el canciller, «ellos ahora tienen que responder».
Loizaga no quiso adelantar cuál es exactamente la oferta que presentará Mercosur al bloque europeo, pero sí garantizó que cuenta con la anuencia de Argentina, hasta ahora una piedra en el zapato en las negociaciones transatlánticas.
A fines de noviembre, el ministro español de Exteriores, José Manuel García-Margallo, había asegurado que la UE está abierta a un TLC con el Mercosur siempre que Buenos Aires mejorara su oferta.
Por otra parte, apenas ganó las elecciones, Macri dijo estar dispuesto a reclamar al Mercosur que aplicase la llamada «Cláusula democrática» para suspender a Venezuela del bloque.
Pero luego de que la oposición venezolana ganara la mayoría calificada en la Asamblea Nacional, Macri dejó de lado esa idea y su gobierno aseguró que reclamará por la liberación de los políticos presos en el país caribeño.
«Burgués de élite», había calificado entonces el presidente venezolano al nuevo mandatario argentino.
Tampoco Rousseff vive un buen momento. En medio de acusaciones de corrupción que podrían costarle la presidencia, Rousseff reemplazó el viernes a su ministro de Hacienda, Joaquim Levy, por Nelson Barbosa, que tendrá que conducir un país con una contracción proyectada del 3,1% este año y una del 1,9% el próximo. De confirmarse ese pronóstico, sería el primer bienio recesivo desde 1930-31.