Mayi Villán es la integrante más joven del equipo de la Reconciliación Nacional en Vargas, estudiante de Comunicación Social, docente en el área de música, cantante y misionera.
Con una gran sensibilidad social y humana, humilde en su discurso y firme en sus convicciones, confiesa que la necesidad de ayudar a los más necesitados fue el detonante que la impulsó a asumir el reto de llegar a la Asamblea Nacional, desde donde podrá ser voz de esos venezolanos olvidados, y sólo recordados en temporadas electorales.
Posee una trayectoria encomiable en el campo social y humanitario. “Como misionera he convivido con venezolanos que jamás han recibido la más básica ayuda, he estado en asentamientos indígenas en Amazonas y Delta Macuro, en humildes rancherías del campo que ni siquiera aparecen en los mapas, para sus habitantes no hay nada, sólo leyes y reglas que no comprenden ni le calman el hambre, que no le sanan sus enfermedades ni impiden que la lluvia arrase sus conucos. A mí no me cuentan cuentos ni me convencen con discursos, estoy segura de haber palpado esa miseria donde ningún ministro o gobernador se ha aparecido jamás”.
Indica que una vez sintió la necesidad de irse del país, como muchos jóvenes venezolanos deprimidos y desesperanzados por la situación de Venezuela. “Pero rectifiqué, y me dije que mi talento era para Venezuela, que este país y no otro merecían mi esfuerzo, mis sueños. Por eso invito a los jóvenes a quedarse, a luchar, a recuperar el futuro de Venezuela”.
“Esa es mi misión, representar a esos sectores que perdieron la esperanza para recuperar la fe por Venezuela”. BR/ar