Matthew se debilita a categoría 2 frente a costas de Florida y Georgia
El huracán Matthew se debilitó ligeramente mientras azota Florida y se dirige al norte a lo largo de la costa de Estados Unidos en el Atlántico.
Para las 5:00 de la tarde del viernes, el Centro Nacional de Huracanes informó que Matthew registra vientos sostenidos de 110 mph (177 kph), lo que lo convierte en una muy potente tormenta categoría 2.
En cierto punto, Matthew llegó a la más fuerte categoría, pero se fue debilitando lentamente conforme se acercaba a Florida.
La tormenta dejó más de 800 muertos en el Caribe y al menos una persona falleció en Florida. Más de un millón de viviendas y negocios del estado se quedaron sin electricidad.
Ciudades históricas del sur
Florida esquivó el viernes un golpe catastrófico del huracán Matthew en su zona más poblada, pero el meteoro amenaza a algunas de las ciudades más históricas y pintorescas del sur con devastadoras inundaciones y vientos conforme avanza a lo largo de la costa.
Entre las ciudades amenazadas se encuentran St. Augustine, Florida; Savannah, Georgia; y Charleston, South Carolina. «Hay casas que nunca volverán a ser las mismas o ni siquiera estarán en su lugar», lamentó la alcaldesa de St. Augustine, Nancy Shaver, mientras las aguas inundaban las calles con fuertes corrientes en una ciudad de 451 años de existencia fue fundada por los españoles.
Matthew —el huracán más poderoso que amenaza la costa Atlántica en más de una década— causó alarma mientras se acercaba a Estados Unidos, luego de dejar más de 300 personas muertas en Haití.
Al final, golpeó de refilón la costa atlántica de Florida la mañana del viernes, inundando calles, derribando árboles sobre las casas y provocando fallas en el servicio eléctrico que afectaron a más de un millón de personas. Pero se mantuvo lo suficientemente lejos de la costa para no causar daños más graves en ciudades como Miami, Fort Lauderdale y West Palm Beach.
Se reportó una muerte en territorio estadounidense, luego de que un árbol cayera sobre la casa de una mujer en el área de Daytona.
«Parece que esquivamos una bala», dijo el representante demócrata Patrick Murphy, cuyo distrito incluye el condado Martin, justo al norte de West Palm Beach.
Varias ciudades del noreste de Florida, incluyendo Jacksonville, aún estaban en riesgo, junto con comunidades costeras más al norte. Las autoridades advirtieron no solo que el huracán podría fácilmente virar hacia tierra, sino que también podría provocar inundaciones fatales al arrastrar consigo agua del mar.
En el área de Jacksonville, cerca de 500.000 personas recibieron órdenes para evacuar, además de casi otro medio millón de habitantes en las costas de Georgia.
«Si tienen la esperanza de que va a pasar lo suficientemente lejos de la costa y que ya no representa un problema, ese es un error muy, muy grave, que les podría costar la vida», dijo el director del Centro Nacional de Huracanes, Rick Knabb.
St. Augustine, que es el asentamiento europeo de ocupación permanente más antiguo del país e incluye una fortaleza española del siglo XVII y muchas viviendas históricas que fueron convertidas en posadas, quedó empapado por la lluvia y el elevado oleaje, que de acuerdo a las autoridades alcanzó los 2,4 metros de altura.
«Es una situación devastadora muy grave», dijo la alcaldesa de la ciudad de 14.000 habitantes. «Las inundaciones subirán cada vez más de nivel».
El centro histórico de Charleston, que a menudo está repleto de turistas que hacen el viaje para observar las perfectamente bien conservadas viviendas del periodo antebellum, estuvo inquietantemente tranquilo el viernes luego de que muchos comercios tapiaran sus ventanas y apilaran costales de arena en el exterior.
La ciudad anunció un toque de queda que se extiende de la medianoche a las 6 a.m. del sábado, la hora aproximada en la que esperan recibir a la tormenta.
Las ondas externas del meteoro comenzaron a arremeter contra Savannah, una ciudad fundada en 1733 y que cuenta con un distrito histórico de mansiones de arquitectura del renacimiento griego y muchas casas de los siglos XVIII y XIX.
Se prevé que Matthew traiga consigo vientos de entre 80 y 96 kilómetros por hora (50 a 60 mph) que podrían romper algunas ramas de los característicos robles de la ciudad y provocar daños en viviendas históricas. La lluvia, que podría ser de entre 20 y 35 centímetros (8 a 14 pulgadas) podría inundar algunas calles.