Hasbely Bolívar
El recurso humano del Hospital Materno Infantil Ana Teresa de Jesús Ponce de Macuto es cada vez más escaso. Muchos especialistas han renunciado debido a las fallas internas, falta de transporte y los sueldos bajos.
Los pocos que quedan trabajan descontentos, a lo que se suman denuncias de malos tratos por parte de la nueva directora, expresó un miembro del personal que prefirió mantenerse bajo anonimato.
De los 50 ginecobstetras se han ido 9, mientras que de 6 neonatólogos quedan 4. En cuanto a los médicos residentes 10 decidieron irse y quedan 6.
“Los residentes deben sacar las pacientes dadas de alta, pasar consulta de pre-natal y ginecología donde atienden a 30 pacientes diarios. Además entregan la guardia de sala de parto. Es decir, vendrían saliendo al día siguiente a mediodía bastante cansados. Casi todos viven en Caracas y el transporte no lo tienen garantizado. Por eso renuncian, porque gastan el sueldo en pasaje, no les alcanza ni para desayunar”, explicó la fuente.
Consultas a medias
Indicó que la razón por la cual las futuras madres prefieren acudir a los privados es porque la consulta que ofrecen en el materno funciona a medias. Hay un solo ecógrafo y no todos los especialistas tienen acceso para utilizarlo. Solo 3 están autorizados.
Los resultados de las citologías tardan hasta 4 meses para ser entregados porque en el laboratorio del centro procesa también las muestras de La Sanidad.
Las gestantes que llevan su control pre-natal en consultorios privados son rechazadas a la hora de traer su bebé al mundo. “Siempre hay una disyuntiva y le niegan los cupos. Solo aceptan a las mujeres que se ven en CDI, ambulatorios y en el mismo hospital”, puntualizó.
Comida baja en nutrientes
Anteriormente ofrecían al personal de salud, obrero, administrativo y mantenimiento su buen plato de comida que contenía proteína, carbohidrato y hasta jugo de fruta. Sin embargo, la calidad de los alimentos ha bajado. “Ahora solo te dan caraota con arroz, lentejas o hasta arroz solo”.
Solo hay 28 camas
Recordó que antes de la Tragedia de Vargas en 1999, el hospital contaba con 110 camas de obstetricia y ginecología y aunque recientemente se inauguró un área gracias al aporte del gobierno de Turquía, el centro no se da abasto.
Hoy en día hay 28 camas, las cuales son insuficientes debido al creciente número de parturientas, mucha de ellas adolescentes, que acuden de todas partes del estado.