Horas antes de que el presidente ruso, Vladímir Putin, firmara los tratados de anexión de las provincias ucranias ocupadas de Zaporiyia, Jersón, Donetsk y Lugansk, las tropas rusas lanzaron el mayor ataque registrado contra objetivos civiles desde abril.
Al menos 30 personas murieron y otras 88 resultaron heridas en un ataque con misiles contra un convoy de civiles en la región de Zaporiyia, al sur de Ucrania, según informó la la Fiscalía General del país. Se trata del episodio con más víctimas civiles desde la matanza en la estación de trenes de Kramatorsk, el 8 de abril, que dejó más de 50 muertos en esa ciudad de Donetsk.
El ataque ocurrió este viernes ocurrió a las 7:15, hora local, en un antiguo mercado de venta de vehículos, a decenas de kilómetros de la línea del frente. Justo en el epicentro del ataque esperaban aparcados en carros y furgonetas de civiles para “abandonar el territorio temporalmente ocupado, recoger a sus familiares y llevar ayuda”, confirmó el gobernador de la provincia, Oleksandr Staruj.
El presidente Volodímir Zelenski condenó el ataque y señaló que “solo unos completos terroristas que no tienen lugar en el mundo civilizado pueden hacer algo así”.
Señaló a Rusia como la responsable de la matanza y que ha empleado 16 misiles, que lanzó en la mañana de este viernes contra la zona en la que había un convoy humanitario. Zelenski ha añadido que Moscú busca «vengarse» con este tipo de actos por sus propios fracasos y por la «firmeza» de Kiev para repeler la invasión.