«Condenamos con fuerza la escalada de violencia contra manifestantes en Birmania e instamos a los militares a cesar de inmediato de usar la fuerza contra manifestantes pacíficos» afirmó Ravina Shamdasani, portavoz del Consejo de derechos humanos de la ONU.
Al menos 18 manifestantes murieron y varios resultaron heridos este domingo a manos de las fuerzas de seguridad que dispersaron violentamente varias concentraciones, en el día más sangriento de las protestas contra el golpe de Estado militar del pasado 1 de febrero.
Desde que comenzaron las protestas contra el golpe militar se han reportado 23 muertos y más de 850 detenidos.
El país es escenario de una oleada de manifestaciones prodemocracia y de una campaña de desobediencia civil desde el golpe de Estado militar que derrocó al gobierno civil dirigido por Aung San Suu Kyi, ganadora del premio Nobel de la Paz.
«El pueblo de Birmania tiene el derecho de reunirse pacíficamente y pedir la restauración de la democracia» aseguró Shamdasani.
El propio embajador birmano en la ONU, Kyaw Moe Tun, instó el viernes a «usar todos los medios necesarios contra el Ejército» para restaurar la democracia. «Necesitamos las acciones más fuertes posibles de la comunidad internacional para acabar con el golpe militar y la represión sobre la gente inocente, devolviendo el poder del Estado al pueblo y restaurando la democracia». Tras estas declaraciones, el gobierno militar lo destituyó el sábado.