Las fuerzas de seguridad de Birmania recrudecieron la represión de las protestas contra el golpe de Estado perpetrado hace un mes, y mataron a por lo menos 34 personas el miércoles en varias ciudades del país.
Es la cifra de muertes más alta desde que se llevó a cabo el golpe de Estado el 1 de febrero, superando las 18 personas que, de acuerdo con el Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, fallecieron el domingo.
Videos grabados el miércoles mostraban a las fuerzas de seguridad disparando con hondas a los manifestantes, persiguiéndolos e incluso golpeando brutalmente al personal de una ambulancia.
Y el número de muertos podría ser aún más alto. La Voz Democrática de Birmania, una televisora y servicio de noticias en internet independiente, contabilizó 38 decesos.
Los manifestantes han inundado regularmente las calles de las ciudades de todo el país desde que los militares tomaron el poder y derrocaron al gobierno electo de la líder Aung San Suu Kyi. Los arrestos en masa y asesinato de manifestantes no ha detenido las protestas.
Por otra parte, las autoridades militares de Myanmar detuvieron y acusaron al fotógrafo Thein Zaw, de la agencia estadounidense Associated Press (AP) y a otros cinco periodistas por su cobertura de las protestas.
Se les acusa de violar una ley que prohíbe «causar miedo, difundir noticias falsas o agitar directa o indirectamente a un empleado del gobierno». La Junta modificó la ley el mes pasado, para aumentar la pena máxima de dos a tres años de cárcel.